Al cantado pacto Uribe-Pastrana seguirá la fórmula U-liberales, en un cuadro electoral que pinta la procesión de los personalismos de todos los colores
Uribe y Londoño no tienen candidatura destacada, pero sí un partido de fanáticos seguidores que probablemente los catapulte a la lucha presidencial con una única promesa: ¡destrozar la paz!
Los políticos del liberalismo comienzan a hacer cálculos electoreros y montar estrategias de autoprotección, bien lejos de liderar la paz y el posconflicto
Vemos hoy proyectos y campañas que promueven mentiras y desinformación, que recurren a movilizaciones basadas en el miedo, odio, y discriminación obtener sendos triunfos electorales