Con Petro y Uribe como una misma criatura bicéfala, en un país con un difuso centro, sin liderazgos reales, lleno de delfines, yuppies y élites tradicionales
Camino a la presidencia hay candidaturas ridículas, con tintes folclóricos y otras atrevidas. La del ingeniero Rodolfo Hernández es seria, pero no con ese genio