La pifia del Pacto Histórico en La Guajira

La pifia del Pacto Histórico en La Guajira

Riohacha es el mejor ejemplo de lo que ha podido ser y no fue. Siempre se ha establecido que la capital es el principal bastión de la alternatividad política...

Por: Martín López González
noviembre 03, 2023
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La pifia del Pacto Histórico en La Guajira

La gran paradoja de los resultados electorales a la alcaldía de Riohacha: Genaro Redondo, 29.935 votos, apoyado por un sector de Pacto Histórico; José Durán, 26.252 votos, apoyado por otro sector de esa coalición y Eriberto Ibarra, 21.095 votos, avalado por cuatro partidos del mismo bloque y auspiciado por la senadora guajira del mismo sector. Hubo casi 10.000 sufragios entre votos en blanco, no marcados y nulos en un tarjetón de fácil manejo. Esas mismas tres vertientes brindaron apoyos a los tres candidatos a la gobernación, abandonando su propia candidatura a esa instancia.

Riohacha es el mejor ejemplo de lo que ha podido ser y no fue. Siempre se ha establecido que la capital es el principal bastión de la alternatividad política. Sin embargo, la triste realidad de hoy es que el Pacto Histórico no cuenta ni siquiera con un concejal.

La principal causa de esa debacle es la renuencia de cada una de las cabezas visibles de esas fracturas de sentarse con los otros a reflexionar en torno a prioridades y alianzas. Cada uno de ellos prefirió hacerlo con los depredadores de la politiquería, antes que entre sí. A pesar de que sus intereses particulares eran disimiles (una curul a la asamblea departamental, la alcaldía de Riohacha y la gobernación de La Guajira), han podido confluir y alinearse.

El resultado a la asamblea, un escaño, hubiese sido igual sin alianzas centradas en intereses económicos. Solo basta mirar los resultados; los 30.844 votos alcanzados, son casi los 21.500 conseguidos en las pasadas elecciones a Cámara de representante, más lo que sumó la candidata en la lista respaldada por un sector del liberalismo (Sugeiris Iguarán), 4.124; más 5.101(Eduardo Carrillo) de otros sectores que aterrizaron en esa plancha. Otra cosa sería si esas tres vertientes en vez de brindar apoyos hacia fuera se hubiesen concentrado en su propio potencial. ¿Qué tal todos respaldando una lista cerrada o abierta a la asamblea del Pacto, un candidato único a la alcaldía de Riohacha y mantener la candidatura a la gobernación?

Hay que imaginarse al máximo líder del Pacto Histórico sentado con las cabezas visibles de esas vertientes fracturadas, reflexionando cómo no fue posible que pudiesen cuadrar fuerzas y halar todos hacia el mismo lado. Hoy podríamos tener unos resultados mucho mejores, incluso la alcaldía de Riohacha, más de un escaño a la asamblea, y sin temor a equivocarse, manteniéndose unidos con la candidatura a la gobernación le hubiesen dado un susto a la corruptela dominante alcanzado por lo menos la segunda votación, es decir una diputación.

Las condiciones que tuvo el Pacto Histórico en La Guajira en esta coyuntura no la vuelven a tener por mucho tiempo. Por un lado, la alta votación del presidente Petro en segunda vuelta, los grandes esfuerzos del presidente para resolver la crisis humanitaria de La Guajira y además el tener un presidente amigo con la misma línea de pensamiento; lo que generaba un inmenso capital político que debía ser canalizado; pero en contraste, fue despilfarrado por los líderes y sus movimientos erráticos. Las cabezas visibles del Pacto Histórico decidieron tomar caminos que socavaron los ideales de la coalición, desafiando la lógica, la coherencia y la transparencia.

Esta elección tenía la posibilidad de cambiar el rumbo de la región. Los ciudadanos estaban expectantes de las propuestas y posibilidades del Pacto Histórico. Pero, su falta de coherencia y unidad confundieron y decepcionaron a muchos electores. El panorama que se avizora es deprimente: una diputación que ya venía en sociedad con la segunda votación a la gobernación; por ende, oposición a la más aceitada de las maquinarias y con posibilidad de participación en la alcaldía de Riohacha.  Ya sorprende el reciente nombramiento como parte de los díscolos acuerdos de asesoría a la gobernación como enlace con el gobierno nacional. La Guajira merece un destino diferente, un futuro sin sombras de corrupción.

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