A los 28 años dejó las canchas y se ganó la confianza de Carlos Julio Ardila, dueño del equipo al que le da todo para mantenerlo como el mejor de América
El control por la revista Caras enfrentó a Carlos Julio Ardila y Emilio Azcárraga y a los bufetes de abogados Lombana y Martínez contra Brigard & Urrutia