En los tiempos bíblicos, el agua fría calmaba la sed, el agua caliente servía para bañarse, pero el agua tibia no servía para nada. ¿Funciona igual actualmente?
En solo quince días aterrizaron dos pesos pesados que cambiarán el mapa y cuya irrupción promete modificar el miedo y la bajeza que han primado en esta campaña