Resignificando la estatua de Sebastián de Belalcázar en Cali

Resignificando la estatua de Sebastián de Belalcázar en Cali

No se pretende que tumben o destruyan el monumento, sino que lo reubiquen y se cuestionen los valores que representa

Por: Carlos Andrés Duque Acosta
julio 15, 2020
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Resignificando la estatua de Sebastián de Belalcázar en Cali
Foto: Mario Carvajal - CC BY 2.0

La cultura es una sedimentación del trabajo de las generaciones. Cada una la recibe, la apropia, la valora y la desarrolla. Las celebraciones y conmemoraciones hacen parte de esos procesos. ¿Y qué es lo que queremos recordar en común? Si uno mira la mayoría de los monumentos, parecería que celebramos una persona, pero es más bien algo que esta persona ha logrado; la celebramos porque logró algo. Y, como lo sugiere Brecht en Preguntas de un obrero ante un libro, ella no lo logró sola; es muchas veces un logro comunitario, a lo más con la dirección de un líder. Incluso, cuando parece ser un acto puramente individual, esa persona obró según la educación que tuvo con su comunidad. Conmemoramos entonces logros comunitarios llevados a cabo por personas o grupos de ellas.

Al conmemorar una persona, ¿la estamos conmemorando por todo lo que ella ha hecho en su vida? No. La conmemoramos por sus actos significativos para la comunidad. Pero, entonces, ¿qué pasa si esa misma persona ha llevado a cabo actos no memorables, incluso más bien dignos de repudio? Borges nos advierte: “Las manos que dieron muerte sabían templar la guitarra”. Queremos celebrar al cantor, no al asesino, pero a veces son la misma persona. ¿Entonces?

¿Cómo trata una comunidad a alguien que lleva a cabo un delito? Después de comprobar que es culpable, lo castiga. Salvo si la comunidad escoge la pena de muerte, el castigo tiene intención no solo de defensa, sino también de redención. Si apresamos a un criminal, lo hacemos con el propósito de educarlo en prisión para que no reincida, y para que más bien obre en beneficio de la comunidad. Si llegamos a tener éxito y esa persona llegara luego a destacarse en su quehacer por la comunidad, ¿podría llegar a merecer una celebración?

En Cali, la comunidad, a través de su Concejo, resolvió en 1936, celebrar el cuarto centenario de la fundación de la ciudad, que ocurriría al año siguiente. Para ello decidió erigir una estatua a Sebastián de Belalcázar.

Sin embargo, ocurre que la historia del origen de Cali es muy confusa. Hay lo que podríamos llamar la versión oficial: Cali fue fundada el 25 de julio de 1537 por Sebastián de Belalcázar (antes de llegar a América, Sebastián Moyano), pero no hay ningún documento que atestigüe esa fecha. Sí los hay que mencionan el que haya sido Miguel Muñoz, lugarteniente de Belalcázar.

Por otra parte, Belalcázar venía de participar en la conquista del Perú; era uno de los capitanes de Francisco Pizarro, y desempeñó un papel principalísimo en la matanza de Cajamarca el 16 de noviembre de 1532 en la que murieron miles de indígenas. Luego, el 5 de octubre de 1546, hizo decapitar a otro conquistador, Jorge Robledo, por pleitos de jurisdicción territorial. Por esto último, fue condenado a muerte por la Corona; decidió ir a España para defenderse, pero murió en Cartagena de Indias en 1551.

La generación actual, la nuestra, interpretando lo que representa y conociendo la historia de Belalcázar, en especial sus antecedentes de participante en la masacre de Cajamarca, ha empezado a sentirse incómoda con este monumento. Si bien es necesario reconocer que es una valiosa obra de arte, en la que el escultor español Victorio Macho expresó tanto la fuerza militar de Belalcázar como la importancia de la relación de Cali y el Valle del Cauca con el Océano Pacífico, hoy se requieren con urgencia otras interpretaciones que reconozcan la historia de violencia, negación y exclusión que también nos ha constituido desde el siglo XV.

Es indudable que la historia se interpreta desde el tiempo presente y así mismo se reconoce como los actores sociales de ese momento histórico actuaron, en consonancia con las estructuras sociales del poder conquistador y colonial. Es necesario comprender en términos de hoy, que ese colonialismo construido en el pasado no puede permanecer en el ser histórico que somos en la actualidad, y que los símbolos construidos, como Belalcázar en el siglo XX, un sujeto de bronce que como otro imperial negó, vilipendio y asesinó a sus sujetos racializados a lo largo de su historia existencial, no pueden pervivir en el imaginario del siglo XXI.

En el escenario actual de protestas en varios lugares del mundo contra el racismo estructural ha nacido un movimiento internacional que pretende resignificar los monumentos y símbolos asociados a la expansión colonial europea, a la conquista y a la esclavitud. En la mayoría de casos, al calor de masivas manifestaciones se han derribado o cercenado varias estatuas. Es en este contexto que proponemos que la estatua de Belalcázar sea reubicada. No pretendemos tumbar o destruir la estatua, pero sí cuestionar los actos cometidos y los valores que representa.

Consideramos necesario abrir un debate profundo en nuestra sociedad sobre las implicaciones actuales del colonialismo, por eso un paso importante a dar es deconstruir la mentalidad que rinde tributo a una historia excluyente e iniciar procesos de descolonización en múltiples dimensiones de nuestra sociedad (cultural, educativa, política, estética, etc.). También queremos invitar a un proceso de construcción colectiva de nuevos símbolos que reconozcan nuestras ancestralidades excluidas, negadas, silenciadas.  Ancestralidades indígenas y africanas precedentes de la riqueza del crisol de nuestro mestizaje. Se trata de reconocer la ancestralidad indígena y afro que nos constituye en tensión con la herencia europea que también somos y estamos siendo.

Ahora bien, el lugar donde actualmente está el monumento es un sitio notable en la ciudad. Es un lugar propicio a la celebración. Pero, entonces, ¿qué celebrar allí?

Proponemos una doble celebración. Por una parte, el vínculo entre las dos principales regiones del departamento: el valle del Cauca y la región del Pacífico, Buenaventura. Por la otra, el encuentro y el reconocimiento de las tres etnias que son la raíz constitutiva de nuestro pueblo: la indígena, la europea española y la africana.

Podría convocarse a nuestros artistas a crear proyectos de un monumento que tenga este sentido de vínculo geográfico, étnico e histórico, que contribuya a reconocernos en nuestra identidad como pueblo y como cultura, y a reconocer nuestra vocación de síntesis del valle y el mar.

La colina sobre la cual se asienta el monumento actual a Belalcázar es amplia, pero el monumento, en su pedestal, la domina. Podría estudiarse una relocalización del monumento en la misma colina, acompañado de otro monumento tal como se ha planteado en la propuesta anterior: un monumento a nuestros orígenes triétnicos y a nuestra vocación terrestre y marinera, de modo que formen un conjunto. La relocalización de la estatua de Belalcázar sería necesaria para que no sea el elemento dominante, sino uno de los componentes del monumento. El conjunto se acompañaría con placas que expliciten el sentido del conjunto monumental. De todos modos, tanto en una como en la otra alternativa se requeriría un estudio paisajístico que incluya las miradas desde la ciudad y en la colina misma.

En ese sentido, el monumento a Belalcázar que aparece dominante en la colina podría desplazarse y acompañarse de otras efigies que resalten la interculturalidad presente para construir una ruta de símbolos con placas explicativas que den cuenta de la nueva sociedad vallecaucana y caleña, fruto de muchos cruces biológicos y culturales, que se han ido constituyendo en la historia larga del poblamiento de este espacio. El cacique Petecuy, Nicolás Ramos Hidalgo (creador de la bandera de Cali), nuestros pescadores del afropacífico, nuestra mujer afro del chontaduro, que se encuentra en el Hotel Dann, los representantes de la independencia vallecaucana, son algunos ejemplos.

Lo que se pretende es construir un espacio para la memoria socio histórica y cultural, dado que desde ella se estructuran nuestras identidades sociales, se legitiman o redefinen las relaciones de poder, y se conciben los campos de lo posible las visiones de futuro. Este espacio resignificado sería el encuentro con nuestro pasado en nuestro presente, para generar prospectivamente el fomento de la reconciliación y así recrear de manera incluyente nuestra diversidad identitaria.

Este es solo un primer paso para que la participación ciudadana en su diversidad siga su ímpetu hacia la resignificación de todo lo que la constituye, construyendo una sociedad caleña más incluyente. Los debates y las propuestas políticas, pedagógicas, artísticas y académicas que de aquí surjan son ya un horizonte fértil. ¡Bienvenidos!

Lista de académicos de la ciudad que respaldan la resignificación de Sebastián de Belalcázar:

  1. Rodrigo Escobar Holguín
  2. Carlos Andrés Duque Acosta
  3. Fernando Castro
  4. Juan Carlos Rengifo
  5. Andrés Cháves Beltrán
  6. José Aldemar Álvarez Valencia
  7. Mauricio Castaño
  8. James Rodríguez Calle
  9. Mario Alejandro Pérez
  10. Alberto Ramos Garbiras
  11. Hernando Motato C.
  12. José Ignacio Zamudio
  13. Magnolia Aristizabal
  14. Luis Recalde
  15. Patricia Botero
  16. Paola Chaves
  17. Esperanza Cerón
  18. Zamira Dìaz Lòpez
  19. Francia Martínez Conde
  20. Maritza López de la Rocha
  21. Carlos Alberto Rodríguez Padilla
  22. Aceneth Perafán Cabrera
  23. Esteban Correo Garcia
  24. Luis Alfonso Escobar
  25. Nancy Motta González
  26. Adriana Mendoza Acuña
  27. Vanessa Tapia Oviedo
  28. María Teresa Ayala Figueroa
  29. Juan Carlos Lozano Cuervo
  30. Lindon Yani Vélez
  31. Diana Marcela García Moreno
  32. Martha Isabel Muelas Hurtado
  33. Oscar Alberto Quintero Ocampo
  34. Shamir Sha
  35. Angelo Victoria Russi
  36. Andrés Iván Bernal Vargas
  37. Victoria Eugenia González Cano
  38. César Tenorio
  39. Elsy Velasco
  40. Álvaro Sepúlveda Franco
  41. Carmen Guerrero
  42. Fabio Orejuela Barberi
  43. Olmedo Gómez Trujillo
  44. Óscar Fernando Sáenz Manchola
  45. María del Pilar Peralta Ardila
  46. Alejandro Ulloa S
  47. Germán Castaño Cárdenas
  48. Andrés Reinoldes Giraldo Balcázar
  49. John Boresoff
  50. Hernando Orozco Losada
  51. José Eduardo Tofiño Peña
  52. Eduardo Amaya Alvear
  53. Jorge Alexander Rodríguez Otálora
  54. Luis Eduardo Lobato Paz
  55. Clemencia Gálvez
  56. Luis Emilio Mora Cortés
  57. Néstor David Correa Ortiz
  58. Ernesto Combariza
  59. Lina Vivas
  60. Jorge E. Arana M.
  61. Sandra Milena Henao Duque
  62. Liliana Sánchez
  63. Yuliana Leal Granobles
  64. Juan Antonio Guerrero Sandoval
  65. Néstor Alonso Sánchez Cardozo
  66. José Antonio Dorado
  67. Ítalo Muñoz
  68. Iveth Patricia Rodrìguez Preciado
  69. Daniel Andres Tapiero Triana
  70. Norma Lucìa Bermudez Gomez
  71. Henry Granda
  72. Eduardo Valderrama Vidarte
  73. Maria Dorado
  74. Jorge Andrès Velez Correa
  75. Pedro Manuel Sánchez Caldòn
  76. Danny Edward Varón
  77. Gabriel Ruiz Arbeláez
  78. Emmanuel Zapata Caldas
  79. Jorge Luis Rentería
  80. Sofía Cajiao Rojas
  81. Luz Faustino
  82. Célimo Sinisterra
  83. 59. Darling Jaramillo
  84. 60. Ángela María Romero Olave
  85. 61. Ángela María Gartner Villa
  86. 62. Darling Jaramillo
  87. Lina Jaimes
  88. Rodrigo Olmedo Solarte Paz
  89. Blanca Nelly Toro Valencia
  90. Milton Ovidio Cruz Muñoz
  91. Claudia P. Quintero
  92. Juan Pablo Ochoa
  93. Fabián Tamayo
  94. Carlos Mario Girón Fernández
  95. Víctor Hugo León Ariza
  96. Smiggler Vallecilla
  97. Mary Muñoz
  98. Rodrigo Vélez
  99. Julieth Tatiana Hernandez Rodriguez
  100. Gleidys Martinez Alonso
  101. Luis Fernando Tascon Montes
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