Las razones que me hacen aplaudir a Petro por cantarles la tabla a los gringos en la ONU

Las razones que me hacen aplaudir a Petro por cantarles la tabla a los gringos en la ONU

Colombia lleva años como un borrego, cumpliendo órdenes sobre el manejo del narcotráfico y aplicando políticas que en vez de solucionar el problema, lo agravan

Por: Leandro Felipe Solarte Nates
septiembre 22, 2022
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Las razones que me hacen aplaudir a Petro por cantarles la tabla a los gringos en la ONU

Después que en 1961 la ONU prohibió varias sustancias, en el gobierno de Nixon, en 1971, tras la declaratoria de la guerra a las drogas hubo un trasfondo político.

Según estudiosos del tema, fue utilizada como excusa para criminalizar a quienes por medio de gigantescas manifestaciones y disturbios se oponían a la guerra del Vietnam, entre los que estaban: los hippies, viviendo en comunas bajo el lema “amor y paz” y rechazaban el servicio militar obligatorio, -al igual que lo hizo el campeón mundial de pesos pesados, Mohamed Alí, prefiriendo pagar cárcel que pelear en la jungla asiática-; junto a universitarios apoyando también a comunidades negras  enfrentadas a la segregación racial y reivindicando derechos civiles, en momentos en que entre la juventud norteamericana tenía auge el consumo de marihuana y LSD.

Desde entonces las cárceles se llenaron de líderes rebeldes, jóvenes negros y “mulas” latinoamericanas, apresadas la mayoría con pequeñas dosis; mientras, tal como sucedió con la prohibición del alcohol en tiempos de Al Capone, los grandes capos, además de armar sus bandas, en medio de lujos y fiestas compraron a jefes de policía, jueces,  senadores, gobernadores y alcaldes; lavaron sus dineros en empresas y bancos legales, tal como lo apreciamos en las tres películas de El Padrino; y como en Colombia lo vivimos durante el auge del contrabando de cigarrillos y licores en los años cincuenta y sesenta; el cultivo de marihuana durante la llamada “bonanza marimbera” en los años 70, y el surgimiento de los grandes carteles productores y exportadores de cocaína, desde los ochenta.

Cuando crecieron los cultivos de marihuana la gigante Monsanto, vendió a los gobiernos mexicano y colombiano miles de toneladas de Paraquat para fumigarlos. Décadas después, en Colombia hicieron lo mismo con el glifosato, obligándonos a comprarlo y pagarles la fumigación a los contratistas gringos, con millones de dólares que le habían prestado al gobierno en el Plan Colombia.

“Eso fue como perfumar una mortecina”, y esa platica se perdió. Los daños ambientales quedaron hechos, pues mientras fumigaban en un sitio, los cultivos florecían en otras selvas lejanas o cercanas y hasta en las goteras de las ciudades, como sucede ahora, pues mientras la hoja de coca y su uso no sea regulado, así como hicieron con la marihuana, el que siga prohibida y tenga gran demanda nacional e internacional, las grandes ganancias atraerán a miles de personas vinculadas a su transformación y a la cadena de funcionarios públicos, integrantes de las Fuerzas Armadas y Policía, agro-empresarios, ganaderos, comerciantes, industriales, constructores y banqueros quienes reciben tajada de dineros provenientes del narcotráfico, la minería ilegal, extorsión y demás delitos disputados entre diversos grupos armados  (de izquierda, derecha y bandas criminales nacionales y extranjeras) consolidadas gracias a la prohibición y que lavando dineros talan y queman miles de hectáreas de las selvas del Amazonas y Pacífico para meterles ganado y palma aceitera.

Hizo bien el presidente Petro en cantarles la tabla en la ONU, para no seguir como borregos cumpliendo órdenes y aplicando políticas que en vez de solucionar el problema, lo agravan, manteniéndonos como el burro amarrado dándole vueltas al trapiche, mientras les compramos más armas y químicos a los gringos, dizque para erradicar “la mata que mata”, sagrada para los pueblos indígenas y alimento espiritual y físico, pues la coca tiene más calcio que la leche, sus hojas además de servir para preparar té y otras bebidas, produce harina con amplio uso gastronómico, sin olvidar su uso farmacológico y recreativo que podría regularse para quien quiera comprarla.

Apunta bien este gobierno, buscando la paz total para desmovAñadirilizar a todos los grupos armados ligados al narcotráfico y delitos varios, y en el exterior, invitando a los demás países, a que enfoquen como un problema de salud pública el de uso de las diversas drogas y las regulen, pues al prohibirlas atraen a las mafias.

Lo que hicieron con la marihuana otros países y los gringos son el mejor ejemplo: se nos adelantaron en el multimillonario negocio del cultivo y procesamiento de la marihuana para usos textil, medicinal y recreativo; mientras, en Colombia, tardamos en regularla y seguimos persiguiéndola, al igual que la coca, que si se pudieran cultivarla en sus países hace rato la habían regulado.

Tal vez le puede interesar:

No es un pinche panfleto: el trasfondo filosófico del discurso de Petro en la ONU

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
Las EPS, ¿homicidas por omisión?

Las EPS, ¿homicidas por omisión?

Nota Ciudadana
Escribo poemas para trascender el tiempo

Escribo poemas para trascender el tiempo

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--