Tenía los ojos cenizos. Dentro de ellos aun alguien dormía, una gata montaraz, un príncipe azul, una mariposa de luz. Sentada bajo la copa de un laurel centenario, apoyaba su estatura en su fusil. Sus cuatro costados aludían a su gran feminidad de tierra pensativa. Detrás de los ojos, que antes fueron raíces y memoria, […]