El hombre hecho a obra y semejanza de Dios. El hombre que quiere alcanzar a Dios en todos sus poderes. El hombre que quiere destruir a Dios en su conceptualidad. Malas aproximaciones, pues debes recordar la máxima que indica que el que mucho se arrima a la candela, corre el riesgo de quemarse.
Asimismo, se aproximan los hombres entre ellos mis mismos. Mal. No hay un punto de inflexión donde la aproximación puede ser permitida y no excedida y donde el otro tenga la posibilidad de indicar que no se debe acelerar en el paso sino detener en el camino. Teniendo en cuenta que la aproximación ya no existe dadas las múltiples redes sociales que cohabitan y la cantidad de tecnología existente, el hombre se ha tomado la licencia de aproximarse a todo, sin pedir permiso.
Y el error radica en que a pesar de que todo el Universo es mental, la misma no le explica gran cosa. Día a día debe enfrentarse a las más pavorosas nimiedades que implican la supervivencia actual, particularmente el pago de cuentas bancarias.
Es así como el hombre olvidó el arte de aproximarse. No hay nada en su íntima convicción que le lleve a interrogarse hasta donde es recomendable tanto en los hombres como en los dioses y entre ellos y viceversa. Y como la intimidad está vedada aún para unos y otros, las maquinas quieren descifrar el designio divino, siendo imposible para estas la magnitud de las tareas impuestas.
La máquina, la gran responsable de las mayorías caóticas y desorganizadas del cosmos universal, pues así como aquí las hay de manera avanzada en otras constelaciones puede que tengan un mayor avance pero con seguridad el mismo interrogante.
Estos extraños visitantes con intrincada tecnología precisan del arte de la aproximación. Tal vez durante años el hombre haya sido su objeto de observación y de lo mal que le ha ido con el manejo de la tecnología. Lo que quiere decir que la misma los ha separado no los ha unido. No han sabido por tanto aproximarse entre ellos; no lo harán con nadie más en el Universo.
En tanto las verdades del Ser Superior permanezcan en la oscuridad puede que mejor le vaya al ser humano y no se extinga tan previamente, ya que las verdades no funcionan en mentes que no sepan aproximarse.
Teoría de la anticipación
No se trata de develar el futuro. Se trata de como se anticipa usted a las cosas, particularmente a los eventos materiales únicamente. Toda vez que es imposible anticiparse a un ser humano, la anticipación es un evento meramente terrenal que mide en grado sumo, la capacidad de renuncia a los grados materiales para alcanzar un nivel de espiritualidad distinto. La misma arranca simplemente con el planear el día a día y las posibles conexiones que usted establezca en su medio, tanto como respuestas a preguntas, encuentros inesperados, etc. Es decir, como se anticipa usted a las palabras, a las respuestas frente a interrogantes inesperados. Esa es en suma la anticipación que puede generar grados de aproximación según lo anticipado que usted pueda mantener ya que es un trabajo netamente mental, el estar concentrado en el aquí y en el ahora, descubriendo que su propia seguridad se atiende en términos de minutos u horas, y que para ello, resulta innecesario que se anticipe años en el tiempo o meses en el calendario.
La anticipación nos da cuenta que el tiempo es más relativo en las palabras que en los relojes y que aquel que sabe anticiparse bien puede posiblemente alcanzar el grado superior de la aproximación.
Sin embargo, ambos grados tienen límites y depende de la voracidad humana si los utiliza en bien de sus semejantes en su bien propio. Lo recomendable es hacerlo en beneficio de los demás. En beneficio propio es una cuestión de ego que puede redundar en un exceso de vanidad que lo puede conducir a su self destruction. Por eso en los caminos del reino, me permito exponer estas dos simples teorías que pueda que ayuden a distinguir hasta dónde es necesario aproximarse y hasta donde es obligatorio anticiparse.
