La frase de Echandía, aún sin respuesta, mueve a pensar no solo sobre qué se nos ofrece a los votantes sino sobre cuál es la motivación de quien nos pide el voto
Entre otras evidencias, porque no existe otra especie que rinda pasión ciega a los centros comerciales, como lo hace a las religiones, al fútbol o a la política
Ahora le toca al pueblo, le toca a usted. Entonces, ¡vote!, vote por lo que su conciencia le indique, por lo que su instinto le ordene, pero prepárese...
El voto se bota cuando no corresponde a los fines constitucionales, es decir, cuando a cambio te dan una teja, un tamal, o una botella de aguardiente...