Sobre la doctora que regresó de la muerte
Opinión

Sobre la doctora que regresó de la muerte

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abril 06, 2015
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La científica que dice haber regresado de la muerte y hoy cree en Dios”.
Así reza el titular de la noticia que ha circulado esta semana por diarios y redes sociales en la que se narra la llamativa historia de María Corena, directora del Florida Newborn Screening Laboratory quien luego de cuatro encuentros cercanos con la muerte, en especial del último de ellos (una resurrección tras un coma profundo), cambió su percepción de dios desde un original escepticismo científico hasta una creencia sin asomo de dudas.

Y tanta razón tiene la doctora Corena para su cambio como ninguna tengo yo para cuestionarlo. La experiencia personal sigue siendo uno de los argumentos más socorridos para argumentar la creencia en un dios y uno de los más incontrovertibles. Pero incontrovertible no significa fuerte o sólido, significa no susceptible de ser controvertido. Y lo es porque a cada posible objeción de un tercero escéptico, el creyente podrá responder (con absoluto derecho, además) “yo lo he experimentado y punto”.

Pero si bien el argumento de la experiencia propia es suficiente para justificar una creencia personal, es también uno de los más blandengues para intentar sustentar el concepto de la existencia de dios. Y sucede así porque posee una característica que es a la vez su fortaleza y su talón de Aquiles: para aceptarlo se debe partir de conceder validez absoluta a las experiencias personales y es justo ahí donde flaquea la postura de quienes pasan de afirmar “yo he sentido la presencia de dios” a “como yo he sentido la experiencia de dios, nadie puede cuestionarla”.
Si aceptamos que una experiencia personal es suficiente para validar el concepto de dios, se nos impone aceptar, para ser consecuentes, que cualquier experiencia personal de otro tipo será suficiente para dar por cierta cualquier otra afirmación.

Si decidimos que la dramática experiencia de la doctora María Corena y su sobrecogedor relato nos resultan suficientes como prueba de la existencia de dios, debemos entonces también aceptar la existencia de los extraterrestres luego del relato de abducción del americano Travis Walton, la de los duendes por el testimonio de la presentadora y cantante brasilera Xuxa quien afirma de un modo enfático haberlos visto, y la de las sirenas luego de que algunos pescadores de Yucatán relataran conmovidos haberlas encontrado en mayo de 2013.

O la experiencia personal es válida y suficiente para sustentar todas las creencias o no lo es para sustentar ninguna. Cualquier postura intermedia es intelectualmente deshonesta.

Por eso las experiencias religiosas de orden personal son tan impenetrables en la esfera privada como frágiles a la hora de convertirlas en un argumento general.

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