“Me dieron seis meses de vida por el cáncer que sufría, el veneno del alacrán azul me ha salvado”

“Me dieron seis meses de vida por el cáncer que sufría, el veneno del alacrán azul me ha salvado”

La colombiana Julia de Llano, desesperada recurrió al Vidatox, un remedio cubano que le ha prolongado su vida. ¿De qué se trata?

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diciembre 27, 2014
“Me dieron seis meses de vida por el cáncer que sufría, el veneno del alacrán azul me ha salvado”

Julia se levanta todos los días y lo primero que hace es orar. Ya no le pide tanto a Dios, sino que prefiere darle las gracias por un día más de vida, por un día más de salud, por un día más con su familia. Lo primero que consume en las mañanas es cinco gotas de Vidatox, un medicamento homeopático hecho a base de veneno de escorpión azul, que según ella le ha dado más días junto a los suyos.

El viaje a través de su enfermedad lo inició en el 2007 cuando asistió a una citología de rutina y le encontraron una masa extraña en el seno derecho. Su ginecóloga y concuñada le dijo que era necesario revisar esa masa por medio de un examen. Julia recibió los resultados pronto y no se aguantó a la cita para leerlos, decía: “carcinoma ductal infiltrante”.

Ella preocupada con lo que había leído llamó a su ginecóloga y le leyó el resultado de sus exámenes “cuándo le leí esa frase tan complicada ella se quedó callada y yo le dije: ¿tengo cáncer? Y ella se puso a llorar”. Esta noticia le cayó como un baldado de agua fría, no sabía ni por dónde empezar a buscar soluciones.

Llevó en silencio su diagnóstico porque tenía muchas preocupaciones y responsabilidades encima: “callé porque en ese momento era la gerente de una empresa grande, mi esposo estaba en campaña para la Alcaldía de Manizales, mi hijo Marcelo estaba estudiando en Bogotá y mi hija Mariana estaba de intercambio en China, no sé, yo no quería decir nada”.

Para descubrir la composición de esa masa le hicieron todo tipo de exámenes. Después de meses de ir y venir y de recibir varios diagnósticos, recibió el más duro de todos. La masa si presentaba compromiso, Julia tenía cáncer y era obligatorio realizar una mastectomía: “para uno de mujer perder un seno es una cosa… – suspira – muy fuerte”.

El tratamiento con radioterapia fue inevitable, su oncólogo de confianza le dijo que debía iniciarlo cuanto antes. “Mi familia en ese momento nunca me hizo sentir que estaban sufriendo, no demostraban nada… creo que querían darme fuerzas y hacerme sentir que no era grave y que me iba a recuperar”. La situación de salud de Julia De Llano parecía normalizarse, ella aferrada a la vida, empezaba a sentirse victoriosa contra ese cáncer de mama.

“Tiempo después me empecé a enfermar, me daban episodios de tos demasiado fuertes, al punto de sentirme ahogada”. Esa tos le generó dudas y decidió hacerse una radiografía de tórax que no le arrojó resultados claros, el neumólogo le aconsejó realizar una tomografía pulmonar. El temor de Julia se materializó, el resultado del examen: múltiples nódulos malignos en los dos pulmones. El cáncer de mama – que se creía erradicado – había hecho metástasis y la dejo en el nivel más grave de cáncer, le quedaban pocos meses de vida.

En el año 2009 Julia se enfrentaba a su primera experiencia con la quimioterapia: “cuando la gente se entera de que uno va a empezar quimio, empiezan a comentar: no, que se te va a caer el pelo, que los mareos, que los vómitos, que te van a salir unas llagas terribles… mejor dicho, nadie ayudaba”. La quimioterapia no la afectó como la gente le decía, incluso salía de sus terapias a trabajar.

Julia perdió el pelo de todo su cuerpo, pero ella siempre estuvo un paso adelante de su enfermedad y “antes de perder el pelo hice que me cortaran el pelo chiquitico y que me hicieran una peluca, mi esposo ni se dio cuenta el día en que use la peluca por primera vez”. Mientras se ríe recordando ese día, dice que siempre le puso la mejor actitud a la enfermedad y que probablemente eso se la hizo más llevadera.

Viajar por el mundo es la gran pasión de esta sobreviviente. Cuando se enteró de su enfermedad pospuso la primera cirugía porque tenía un viaje planeado a México y “le dije al médico que tenía que posponer todo porque ese viaje no me lo perdía por nada del mundo”. En uno de esos recorridos terminó visitando Cuba. Julia fue como turista pero nunca se imagino que ahí encontraría lo que para ella la ha sacado de su enfermedad.

“En el avión alguien me dijo que en Cuba estaban desarrollando la cura del cáncer”. Ella que hacía todo lo que le propusieran para superar su enfermedad, se puso en la búsqueda del tan anhelado remedio: “todo lo que me decían que era bueno yo me lo tomaba”.

vidatox-interior

Un reconocido laboratorio cubano le propuso ser una de las “conejillas de indias” de un experimento que podría ser la cura del cáncer. Ella sin pensarlo aceptó, quería agotar todas las posibilidades y hacer todo lo humanamente posible por erradicar esa enfermedad que le dejaba pocos meses de vida.

Antes de que el Vidatox fuera patentado, el gobierno cubano le subsidió el uso del escorpión azul – preparación que ella misma debía hacer – por un año y medio: “conmigo experimentaron, con mi experiencia y la respuesta de mi cuerpo se pudo patentar ese medicamento”. En ese momento ella tomaba tres veces al día de ese liquido que con los días se convertía en el elixir de la vida.

El Vidatox es un medicamento homeopático producido por el laboratorio cubano Labiofam. Estas gotas que son de uso sublingual sólo se consiguen en la Isla y son difíciles de conseguir. Cada frasco de 30 mililitros contiene solución hidroalcohólica al 33% de veneno de Rhopalurus junceus (escorpión azul) y cuesta alrededor de 200 dólares.  En Colombia, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos -INVIMA- no aprobó el registro sanitario de este medicamento según la resolución 2012031293 del 29 de octubre de 2012.

Con el tiempo Julia se volvió una creyente del veneno del escorpión azul y a pesar de que no puede asegurar que esto fue lo que la curó, está segura de que influyó en gran parte a su proceso de recuperación. Adicionalmente recibe monoquimios (fármaco antitumoral) de forma mensual. La metástasis en sus pulmones que la dejó en nivel 4 de cáncer y por la que pensó que moriría inevitablemente en cuestión de meses desapareció. Ahora lleva cinco años contando el cuento de su Vidatox.

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