La nueva Alcaldía de Medellín ha tenido en su primer mes oficial de trabajo, una agenda apretada. Hay que reconocer que la migración de “Medellín Todos por la Vida” a “Medellín Cuenta con Vos” se ha hecho de manera bastante eficiente a pesar de la magnitud de la tarea.
Este éxodo, que se puede apreciar de primera mano en redes sociales y vallas alrededor de la ciudad, tenía como primer gran reto aterrizar una consigna que en la práctica resultaba compleja de concebir; desde el inicio de la campaña a la alcaldía, se podía avizorar en el discurso de Federico Gutiérrez, que devolver la política al ciudadano de a pie y empoderar a las nuevas generaciones de la ciudad, iban a ser pilares de su probable periodo.
En este sentido la nueva alcaldía en su primer mes de trabajo ya ha tomado gran cantidad de decisiones, casi todas muy coherentes con el discurso, pero aun así, no exentas de dudas y cierto nivel de polémica:
Nombramiento de funcionarios: Muchas caras jóvenes, algunas desconocidas en el terreno político, pero salvo contadas excepciones, todas inmersas en la campaña del entrante alcalde. En este punto lo discutible es que la campaña, además de juventud y renovación, prometía algo así como un gabinete con una amplia gama de nuevos actores e inclusive –Aunque no se dijo explícitamente–, muchos pensábamos en la posibilidad de aplicar meritocracia en el nombramiento de funcionarios, sin embargo, todos los funcionarios y sus equipos de trabajo, fueron elegidos de la propia campaña o de otros escenarios políticos, cerrando la puerta a auténticas nuevas caras y a un utópico concurso de méritos.
Hubo también nombramientos menos afines a la voz de renovación, personas con experiencia política –algunos cuestionados– y de partidos diversos. Este hecho fue interpretado por algunas personas como cuota política. Sin embargo, obedeciendo a mi sentir ciudadano y cierta afinidad por el discurso de Federico, opto por creer que este tipo de nombramientos es un mal necesario con miras a construir gobernabilidad, y además, matizar y favorecer la discusión constructiva. Lastimosamente en el imaginario colectivo, experiencia política es un concepto estrechamente relacionado con corrupción y politiquería.
Otro tema que también causó recelo, inclusive desde la campaña, era que el equipo de Fico estaba conformado en una gran proporción por jóvenes de estratos altos, egresados en su mayoría de universidades privadas, con un perfil muy académico y experiencia principalmente en el sector privado. Efectivamente el equipo de campaña mostraba un grado de uniformidad bastante claro, que se matizó cuando se conformó el gabinete completo; aun así, en el concepto de muchos, la ciudad sigue manejándose desde la comuna 14 y no es lo suficientemente representativa.
Manejo de redes y comunicaciones: El uso de redes sociales y plataformas virtuales en el sector público no es nuevo –prácticamente cada entidad, programa y proyecto de la alcaldía cuenta con redes sociales a su disposición–. Sin embargo, la incursión de un número considerable de jóvenes entre los nuevos funcionarios, han volcado toda la información a la red. Con el ánimo de mantener al ciudadano (joven) informado, los nuevos funcionarios han convertido sus redes sociales en diarios detallados de sus actividades y las de la nueva alcaldía.
La cercanía y la facilidad para acceder a la información, que permite esta forma de comunicar, contrasta con la gran cantidad de información compartida, y con la dificultad para captar ideas y propuestas en medio de lo caótico que resulta una publicación a través de redes sociales, es decir, las preguntas –Casi retóricas– que hacen los funcionarios, no logran lo que en un principio se supone es su objetivo: Incluir al ciudadano en la estructuración de la política pública. En este sentido podríamos pensar entonces que esta forma de comunicar, busca dar transparencia a los procesos y facilitar la gobernabilidad apoyada en la información como medio de validación –Algo así como un silencia administrativo positivo donde lo que se informó y nadie discutió en el corto plazo se da por aceptado–.
El punto discutible en el manejo de las redes sociales de los nuevos funcionarios, es que este accionar puede interpretarse como una instrucción táctica de la estrategia política de largo plazo del Alcalde, algo así como una maniobra de posicionamiento de marca agresiva o proselitismo en el amplio sentido de la palabra. Hay que anotar que si bien ya se ganaron unas elecciones, el partido Creemos y específicamente Federico Gutiérrez han planteado una estrategia política de largo plazo, apostando en descargar funciones públicas importantes en jóvenes, en busca de perfilar líderes y figuras públicas que luego puedan apoyar aspiraciones políticas mayores.
Debe tenerse claro que los proyectos políticos normalmente se plantean en el largo plazo, sin embargo, lo crítico de este planteamiento es que Federico fue elegido, entre otras razones, por representar una política limpia, que prometía lucha directa contra la corrupción y la politiquería, y en este sentido el uso de medios que aparentan ser de participación, pero que tienen un fondo más relacionado con la promoción, no son coherentes con el discurso.
Plan de desarrollo: La construcción de plan de desarrollo a través de la estrategia #LaRutaDeMedellín es quizás uno de los momentos a resaltar en este inicio de gestión, pues no solo materializa de gran manera la visión de “Medellín Cuenta con Vos”, si no que sienta un precedente de construcción ciudadana muy innovador para el país.
En este punto, nuevamente el problema es de claridad en la intención, pues si bien la idea que se publicita es una construcción integral colectiva, en términos prácticos, los espacios abiertos has sido más cercanos a un proceso de socialización, es decir, la Alcaldía muestra unas líneas de trabajo ya muy claras e incluye al ciudadano como validador y no como parte de la construcción o por lo menos NO en temas estructurales.
Cabe aclarar que creo firmemente que #LaRutaDeMedellín es una estrategia ganadora en cualquiera de los 2 escenarios, pues inclusive solo considerándola un proceso de socialización, ya está forjando un precedente muy importante en temas de participación, sin embargo, no es correcto manipular el lenguaje para hacer creer al espectador, que toda la ciudadanía construyó un plan que, al menos en principio, ya tiene una estructura y unas líneas estratégicas muy definidas.
Ahora bien, los participantes de estos espacios ciudadanos si han tenido la oportunidad de poner en común sus necesidades y propuestas, por lo que aún no se puede determinar el nivel de incidencia de esta estrategia en la conformación del plan. En últimas, La realidad de #LaRutaDeMedellín se sabrá cuando se emita el plan de desarrollo, porque es ahí cuando podremos evaluar si se trató de una construcción integral, de una construcción de mecanismos de aplicación o de un proceso de socialización a gran escala.
Para terminar debo decir que confío en el modelo de ciudad y de sociedad que plantea Federico Gutiérrez para Medellín, pues integra al ciudadano en la construcción de su ciudad, aprovechando de gran manera el sentido de pertenencia ciudadano –Orgullo Paisa hablándolo en cristiano–. Sin embargo, cuidar la coherencia ejecutiva y comunicativa debe ser menester para un proyecto que usó como bandera de campaña la lucha contra la corrupción, la politiquería y una revolución de transparencia política.
@julianmorales56
