Tambores para tocar hechos en Colombia

Tambores para tocar hechos en Colombia

“A través de estos instrumentos se expresan sentimientos, emociones y pasiones”

Por: Danyth Janneth Fandiño
abril 04, 2016
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Tambores para tocar hechos en Colombia
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La música es un patrón característico en Colombia. Sus ritmos se deben en gran medida a la influencia de los españoles, los indígenas y los africanos, lo cual ha hecho de este país una de las zonas más ricas del continente suramericano, además de ser conocido como “el país de los mil ritmos”.

Bambuco, Bullerengue, Currulao, Cumbia, Porro, Vallenato, Sanjuanero, Joropo, Mapalé, Merengue y Merencumbé son algunos de los ritmos que lo hacen merecedor de ese reconocimiento, cada uno de ellos varía según la ubicación geográfica.

Como ejemplo a lo anteriormente dicho, podemos hablar de la cumbia, un ritmo y baile folclórico propio de la Costa Caribe colombiana, el cual tiene contenido de las 3 vertientes culturales ya mencionadas. Esto se debe a la mezcla de raza que hubo al momento de la Colonia y la Conquista y una de sus grandes particularidades radica en los instrumentos de percusión que se utilizan.

Bertonis Jaraba, Percusionista desde hace 24 años, docente de este campo y Lutier (nombre que se les asigna a las personas artesanas que fabrican cualquier instrumento de viento, cuerda o percusión) afirma que casi todos estos son hechos con materiales naturales y es la madera quien juega un papel primordial en su elaboración.

Para los tambores y la tambora se corta un pedazo del tronco de un árbol, en su mayoría es el corazón de la Ceiba Amarilla, Ceiba Blanca o Caracolí. El tamaño promedio para la tambora es de 45 cm de alto por 42 cm de ancho, para el tambor Alegre es de 67 cm de alto por 34 cm de ancho en la parte superior y para  el tambor Llamador es de 60 cm de alto por 25 cm de ancho también en la parte superior, estas especificaciones se deben a que la forma de los tambores es cónica.

Para hacer el orificio del centro, se selecciona la circunferencia a tallar y este se logra con la herramienta llamada Barretón. Las cuerdas necesarias son cabuyas, manilas y fique; los aros que se utilizan son de Bejuco y la piel puede ser de ternero o chivo, luego de tener estos materiales se hacen unos ajustes con una de las cuerdas para hacer el respectivo amarre, estos son en forma “V”  y así poder templar el cuero.

En estos templetes van unas cuñas o tacos que se hacen de la madera del árbol llamado Guácimo y es de aproximadamente 7 cm de grosor, es esta otra característica que los diferencia de la tambora, ya que su amarre es distinto y no necesita cuñas.

“Estando ya los templetes listos y las pieles bien secas, se entra en el proceso de la afinación” afirma el lutier.

Son las cuñas y los amarres quienes le permiten al lutier darle afinación al tambor, a medida que se golpea cada taco la piel se va estirando hasta llegar al punto donde se dé el sonido correcto.

Pero la elaboración de estos instrumentos no es lo único atractivo, sino también lo que logra brindarle al músico que los toca, las habilidades que se desarrollan y las experiencias que dejan son magníficas.

Iader Paz, percusionista de 25 años de edad, quien se encuentra en este camino desde que tenía aproximadamente 4 o 5 años y evidentemente amante del folclor, afirma que: “la música es el alma mater de todo, la esencia de lo nuestro, identidad de cada región, de sus costumbres y etnias”.

Su pasión por los instrumentos de percusión se debe al reto que implica saberlos tocar; la destreza, velocidad y agilidad que requiere cada golpe, el cual resulta agradable al oído de quienes disfrutan de estas melodías.

Tocar el tambor lo ha llevado a tener una velocidad en sus manos que quizá él no imaginó, y de la misma manera la capacidad de dominar de forma independiente sus miembros superiores, es decir, mientras la izquierda marca un patrón de ritmo, la derecha marca otro.

Su experiencia en este campo es muy amplia a pesar de su edad, ha sido integrante de distintos grupos folclóricos de esta zona, lo cual le ha permitido participar y concursar en diversos festivales que se realizan en el país y es por ello que su gran talento lo ha hecho acreedor de reconocimientos y primeros puestos.

La importancia de tocar instrumentos va mucho más allá de lo que podemos pensar, sus beneficios no son solo sociales, sino también físicos y mentales. Su inteligencia musical aumenta, mejoran su coordinación, así como también desarrollan su oído más de lo normal.

Aún así el presupuesto que se invierte es tan importante ámbito es rebuscado para algunas festividades nacionales, uno de ellos ha sido el Festival Nacional de la Cumbia, el cual se celebra en el municipio de El Banco, Magdalena.

E año anterior era denominado el Año de José Benito Barros Palomino, debido a su natalicio y tan magno evento fue realizado en la cancha de un colegio público de la localidad, impidiendo la participación de muchos grupos folclóricos en los que participan niños y jóvenes.

Este es sin duda un tema muy importante para todos los pilares  que conforman una población; el folclor siempre estará inmerso es nuestro día a día, niños, adultos y ancianos podemos disfrutar de él y es deber de todos preservarlo y cuidarlo, allí se encuentran arraigadas nuestras raíces e identidad.

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