Con esta carta Monserrat Mayol, la esposa del director del IDU en la Alcaldía de Enrique Peñolasa inició una campaña de recolección de firmas para suplicarle a la Corte Suprema de Justicia que reconsidere y estudie su caso. Este es el texto en el que da los argumentos:
"Mi esposo Andrés Camargo, está en prisión condenado a cinco años por un delito que no cometió. Siendo un exitoso ejecutivo del sector privado, hace diecisiete años decidió aceptar un ofrecimiento en el sector público solo para que sus hijos (en ese momento aún no tenía) estuvieran orgullosos de su padre. Durante tres años fue el Director del Instituto de Desarrollo Urbano IDU de Bogotá, durante la alcaldía de Enrique Peñalosa. En su administración se realizó el plan de obras más grande en la historia de la ciudad y tal vez del país: más de 1500 obras por un valor superior a mil millones de dólares; 17 puentes vehiculares, 150 kilómetros de ciclo-rutas, varios millones de m2 cuadrados de andenes y parques, más de cincuenta puentes peatonales, más de 1500 kilómetros carril de vías pavimentadas y sobretodo, las primeras tres Troncales del Sistema de transporte público Trasmilenio que revolucionó el transporte masivo a nivel mundial y se convirtió en el ejemplo a seguir para muchísimas ciudades en Colombia y muchos otros países.
Esa imponente ejecutoria se hizo con la mayor transparencia y honestidad, sin ninguna sombra de corrupción o de favorecimiento alguno ni para él o para un tercero, como lo han reconocido incluso los fallos que hoy lo tienen privado de su libertad.
Sin embargo, el éxito del sistema Transmilenio lo convirtió en un objetivo político con el fin de obstaculizar la carrera pública, ni siquiera de Andrés sino del entonces alcalde de la ciudad, Enrique Peñalosa. Un debate político adelantado en el Congreso de la República en el año 2003 contra Peñalosa, promovido por el entonces senador del Polo Democrático Antonio Navarro, hizo que la Fiscalía General de la Nación abriera las investigaciones penales para las obras de Trasmilenio.
Problemas de índole eminentemente técnica en las obras, cuyas reales causas ni siquiera hoy, quince años después, se conocen con claridad, llevaron a la absurda condena que hoy Andrés sufre. Muy distinto de los escándalos de corrupción de recientes administraciones que incluso tienen a un posterior alcalde y a su hermano senador en prisión.
La Corte Suprema de Justicia no quiso revisar el fallo a pesar de las múltiples falencias en el proceso tales como pérdida de pruebas, uso de otras inválidas, tasación de perjuicios sin ningún rigor técnico, extrañas comisiones de éxito para los abogados, etc.
Es decir, no se sabe a ciencia cierta la causa de los daños y no hubo ningún provecho ilícito, absurdo que ha sido reconocido por los más eminentes juristas del país, y sin embargo Andrés está preso por cinco años, lejos de nuestros tres pequeños hijos. A pesar de lo absurdo e injusto de la condena, Andrés se presentó voluntariamente a cumplirla, dando ejemplo de gallardía y sobretodo mostrando la tranquilidad de conciencia de ser inocente.
Mis hijos y yo pedimos a la Corte Suprema de Justicia, la revisión de este caso y que le sean respetados sus derechos y recursos legales como colombiano. Consideramos que el deber de la Corte, es corregir este peligroso antecedente para el ejercicio de la función pública en Colombia, ya que se espantará a los profesionales idóneos y honestos.
Estoy buscando firmas tanto en Colombia como el extranjero y usted puede ayudar con la suya de modo que Andrés recupere la libertad que nunca debió haber perdido.
Muchas Gracias en nombre mío y de nuestros hijos Montserrat, Pedro María y Manuela
Montserrat Mayol A
