¿Quién cuida las murallas de Cartagena?

¿Quién cuida las murallas de Cartagena?

Jóvenes que vienen de la dureza de la calle, dirigidos por maestros artesanos, trabajan a pleno sol para mantener este patrimonio cultural de la humanidad

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diciembre 01, 2015
¿Quién cuida las murallas de Cartagena?

Como un imperativo imperial el rey Felipe II dio la orden de construir la mejor fortificación de América para defender a la joya estratégica del Caribe de los ataques del pirata inglés Francis Drake. Y desde entonces, hace cuatro siglos, allí sigue en pie. Fue el ingeniero miliar italiano al servicio de la corona española, Battista Antonelli, a quien se le encomendó elaborar el primer plan de fortificación de la urbe en 1538. Un empeño cuya terminación tomó 200 años. Cristóbal de Roda se ocupó del sector de la muralla que daba contra el mar abierto, el sector más importante para defender la ciudad de la amenaza inglesa. Dos siglos más tarde se concluyó la protección alrededor de los barrios del centro y de San Diego, así como el arrabal de Getsemani, trabajo que fue encargado al ingeniero Francisco de Murga y cuya construcción fue completada en los primeros años del siglo XIX, como unas imponentes moles pero obsoletas para su propósito inicial.

Una tarea extendida en el tiempo pero de tal solidez y armonía que no solo perduró, sino que la calidad del circuito fortificado y su conservación sirvieron para que en 1984 la Unesco declarara a Cartagena Patrimonio histórico y Cultural de la Humanidad en la denominación de “puerto, fortaleza y conjunto monumental” , en el gobierno de Belisario Betancur. Un reconocimiento que demanda un trabajo arduo y permanente.

Los muchachos de la Escuela Taller se ocupan también de mantener los jardines que rodean las edificaciones

Los muchachos de la Escuela Taller se ocupan también de mantener los jardines que rodean las edificaciones, la muralla mide cinco kilómetros. Foto: Eluniversal.com.co

A comienzos del siglo XX los cartageneros consideraban las murallas un estorbo para la expansión urbanística de la ciudad, una visión que llegó al límite cuando el alcalde en 1911, mandó a derribar el extenso tramo que va desde la Puerta del Reloj hasta el Baluarte de San Pedro Matuna. Se proponía solucionar problemas de basura, aguas negras y salubridad y, además, abrirle paso al ferrocarril que pasaría frente a la puerta colonial de la ciudad y proveer piedra coralina para construir andenes, una novedad en la Cartagena de entonces. En 1928 el fuerte castillo de San Felipe de Barajas estaba sepultado bajo árboles y matorrales que cubrían la colina, cuando el cartagenero Carlos Crismatt emprendió la tarea de redescubrir la fortaleza desde donde los criollos habían resistido el ataque del almirante Vernon en 1741 y que posteriormente se amplió hasta logra la que se conoce actualmente.

Mantener en buen estado el circuito fortificado que incluye los cinco kilómetros de muralla que rodea la ciudad, la fortaleza del Castillo de San Felipe, la muralla sumergida alrededor de Castillo grande y los fuertes El ángel de San Rafael y San Fernando en Boca chica no es tarea fácil.

Desde el 2012 la Ministra de Cultura, Mariana Garcés, encargó a través de un contrato de comodato a la Escuela Taller de Cartagena, entonces dirigida por el arquitecto Germán Bustamente, y ahora por Érica Barrios, quien después de haber sido su mano derecha lo reemplazó el año pasado cuando Bustamante se pensionó. La Escuela Taller nació de un convenio con la cooperación española en el marco de la celebración del V Centenario de América. Se buscaba la formación técnica de jóvenes para la conservación y restauración del patrimonio colonial, como lo han hecho durante estos 23 años. Una experiencia que ahora han volcado al cuidado del circuito amurallado como un proyecto autosostenible con un presupuesto cercano a los $6 mil millones que proviene, fundamentalmente, de las entradas que dejan el cerca de 400.000 visitantes anuales a los monumentos y el alquiler de los espacios para eventos casi siempre privados. La Escuela mantiene activos programas de divulgación para invitar conocer los monumentos.

Érica Barrios, directora de la Escuela Taller Cartagena de Indias - ETCAR, nos invita a todos a disfrutar de nuestras fortificaciones en la jornada de #EntradaGratis ¡Te esperamos! Ministerio de Cultura Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias

Posted by Fortificaciones de Cartagena de Indias on domingo, 30 de agosto de 2015

En pleno arrabal de Getsemaní, uno de los sectores mas antiguos de Cartagena, está la Escuela Taller que ocupa un lote profundo, cedido por la alcaldía de Cartagena, en el que se combinan actividades de planificación de trabajo y de formación en cabeza de maestros artesanos que transmiten su sabiduría y experiencia en los oficios de albañilería, forja y fundición, jardinería y pintura a muchachos sin mayor escolaridad pero con habilidades manuales que recuperan sentidos contribuyendo a mantener bellamente conservados los monumentos que hacen de Cartagena un lugar único en el mundo.

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En la Escuela Taller los maestros artesanos les enseñan los oficios tradicionales de la arquitectura colonial. Foto: Escuela Taller Facebook.

Se trata de un trabajo minucioso y casi invisible que empieza por detectar cuanta grieta aparezca para evitar que las filtraciones de agua terminan corroyendo los antiquísimo muros sobrevivientes a cuatro siglos de sol y al agua. Es el agua el factor determinante que cuando abunda destruye muros y cuando escasea seca los pastos y jardines que los rodean.

En la Escuela donde se respira buen gusto y calidad arquitectónica, la directora Érica Barrios estaba batallando con los medios para hacerle entender a la ciudadanía la decisión de haber colocado bolardos en los limites de las zonas verdes que rodean las murallas con el fin de evitar de su deterioro con el parqueo de los carros. Al fondo cuarenta aprendices se dedican a aprender los oficios para asegurar el mantenimiento y la restauración de la obras patrimoniales.
Independiente del trabajo de mantenimiento que están asegurado, la alcaldía de Cartagena adquirió un compromiso cuando recibió de la Unesco el reconocimiento patrimonial: elaborar un plan especial de manejo y protección del centro histórico que debe ser aprobado por el Ministerio de cultura. Una tarea que lleva diez años y sigue sin completarse por razones eminentes políticas.

El Ministerio de Defensa, propietario, se ha negado a aceptar las restricciones que impone el PENP del uso de la tierra donde está la Base Naval y pretende conseguir una autorización para construir edificios hasta de 30 metros de altura, con lo cual se taparía la visual de la ciudad sobre las murallas e iría en contravía con los lineamientos de la Unesco.

Foto: ElUniversal.com.co

El Ministerio de Defensa propietario de la Escuela Naval ha sido el obtáculo para que Cartagena cuente con un plan especial de manejo y protección del Centro Histórico, condición puesta por la Unesco para conversar el estatus de patrimonio de la humanidad. -  Foto: ElUniversal.com.co

De no llegarse a una concertación que le permita a Cartagena contar con el PENP, La Heroica podría perder el honroso merecimiento de ser patrimonio cultural de la humanidad. El alcalde de Cartagena, Dionisio Vélez, se comprometió a terminar su mandato este diciembre con el plan aprobado pero aún no se ve humo blanco.

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