¿Qué tiene que ver una entrevista de trabajo con los diálogos en La Habana?

¿Qué tiene que ver una entrevista de trabajo con los diálogos en La Habana?

El haber tenido contacto con la guerrilla no lo hace a uno guerrillero

Por: Fabián Vargas Lopera
marzo 05, 2015
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¿Qué tiene que ver una entrevista de trabajo con los diálogos en La Habana?

26 de Febrero me dispongo a presentarme a una entrevista de trabajo en algún lugar de chapinero en Bogotá, el cargo no es más que Auxiliar de Calidad, ni jefe de seguridad ni agente de la CIA solo Auxiliar de calidad, pues me presento media hora antes como de costumbre la cita es con una empresa temporal que debo decir fueron muy gentiles y hubiera sido del todo agradable sino me explican el tipo de proceso por el que debo pasar para ser el feliz seleccionado. Ingreso al lugar nada fuera de lo común, me hacen llenar unos cuantos formatos de rutina y un par de pruebas psicológicas además de esta de los dibujos a partir de estímulos que me tiene arto, luego de esto ingreso a una pequeña oficina me siento frente a un escritorio algo viejo que soportaba además del computador un vaso con sesenta mil lápices como de colección; detrás de la psicóloga un tablero con un mensaje escrito a mano, que decía “Quien puede cambiar su pensamiento puede cambiar su destino” que según investigue es de Stephen Crane y justo al lado, otro no tan profundo que decía “Lo sentimos en este momento está siendo vigilado por cámaras, hace parte de nuestro sistema de seguridad disculpe las molestias”, entendido esto procedo a responder las preguntas típicas de la psicóloga quien al terminar un formato me señala que ese era el de la empresa temporal pero que debíamos diligenciar el de la compañía quien solicita la vacante a lo cual naturalmente accedo.

Ella inicia con advertirme que debo ser totalmente sincero ya que de no serlo sería una pérdida de tiempo para mí y pérdida de dinero para la empresa, (Por Dios…. Estoy desempleado lo que me sobra es tiempo y no sé qué hacer con êl, qué más da intentar aplicar a la vacante) un par de mentirillas sobre mi debilidad de ser perfeccionista no le caerá mal a nadie, pensé; me dijo que además de esa entrevista tendrías otra con la psicóloga de la empresa quien solicita la vacante y después de eso me harían la prueba del polígrafo, sí del polígrafo, pues hasta ahí la risa de galán de vereda disfrazado de camisa manga larga y con el reloj del suegro….ja! paso saliva, y cual criminal me siento sorprendido, se me acelera el pulso, la cara me cambia de color y ya me siento culpable sin haberme hecho aún ni la primera pregunta, debo reiterar que la persona quien me hizo estas preguntas fue muy gentil, pero no era la forma en que preguntaba eran las preguntas en sí mismas…

Señorita Sicóloga en adelante SS
SS: ¿Ha consumido sustancias psicoactivas, hace menos de un año?
Yo: Sí lo normal de la adolescencia. (Mentira).
SS: Le ha robado a alguna empresa?
Yo: NO, no… respondí.
Hasta ahí pude tolerar lo que pueden ser prejuicios de las compañías o el uso de la reserva de admisión. (Esa es otra discusión).
Pero al llegar a la pregunta:
¿Conoce usted o ha tenido contacto con algún miembro de la guerrilla?
Respondí:
¿Qué…!?
“¿No le parece que es discriminante esa pregunta?”
La sicóloga asintió con la cabeza.
Pues me regué en prosa.

Le hice un pequeño recuento histórico de los barrios populares en Barrancabermaja, sobre como las tres ramas del poder allí eran las Farc–Ep, el Epl y el Eln y aunque para los pequeños conglomerados citadinos sea muy difícil de aceptar, los guerrilleros, bandoleros o como se le quiera llamar, me da igual, eran y son, no solo Colombianos igual que todos sino hermanos, primos, tíos y de todo tipo de parentesco y hasta compañeros de colegio alcance a tener, en mi caso, además de un tío que en defensa propia lo mato la policía hace ya 20 años; le conté como teníamos que salir corriendo del colegio hacía nuestras casas, en pleno enfrentamiento que tardaban horas, valiéndonos de “trincheras” improvisadas en cada esquina para ver que fuera “seguro” correr otra cuadra y desgraciadamente con el oído afinado para saber que tal lejos sonaba los disparos, y evite contar de cómo cada navidad no era el importado papá Noel quien traía las galletas y el vino a la casa sino que eran personas, que ahora recuerdo con risa, pasaban casa por casa encapuchados y con un fusil entregando los aguinaldos que seguramente había robado o pedido a las comerciantes en forma de vacuna para dar a la gente, ja…! Y ni se diga de los regalos a los niños.
Esto no es apología a nada, nunca he empuñado un fusil, ni preste el servicio militar, solo es la vida que a millones de personas como a mí nos tocó vivir desde la civilidad, aceptando una realidad imposible de ocultar y que aún hoy para quienes jamás han vivido nada de la guerra se les hace difícil de comprender y desde esa imposibilidad lo que hacen es señalar y condenar, como si en este país eso no fuera ya de por si un acto de guerra. Con todo esto mi respuesta, como la de muchos, sería un sí rotundo.
Me escucho todo con atención y creo que lo entendió, pero claro no era su pregunta era una pregunta del formato de la compañía, por lo que intento cambiarla a mi favor.
¿Ha participado usted en alguna reunión de la guerrilla?

Moje los labios y prepare mi siguiente discurso, estaba o estoy muy consternado por el tipo de preguntas.
“Cuando la guerrilla no me toco ninguna reunión, pero cuando los paramilitares entraron a Barrancabermeja reunían a las personas con una clara invitación formal que nadie podía rechazar. Sí, nos tocó una noche en la cancha de futbol de las granjas, escuchar la presentación de las nuevas reglas y que eran ellos quienes determinaban a qué horas dormir, quien era culpable y quién no.” Así que de nuevo mi respuesta era un sí.
Igual que antes me escuchó con atención y creo que entendió, sin embargo vi que escribió en el formato “tío guerrillero”, pero claro quería ayudarme entonces escribió: “Muerto hace 20 años.”

La entrevista tardo 3 horas, Salí de esa pequeña oficina con una gran preocupación, apropósito de los diálogos en la Habana y el gran y difícil trabajo que puede ser la reconciliación nacional, y si empresas como esta, que no vale la pena nombrar, después de una terminación del conflicto armado con las guerrillas, seguirán haciendo este tipo de preguntas o filtros discriminatorios y si un día ya no sea yo sino un exguerrillero a quien enchufado a un polígrafo le hagan estas preguntas, ¿no tendrá derecho entonces a un empleo a una oportunidad? o si la sociedad Colombiana, como lo decía aquel mensaje, pueda hacer ese cambio colectivo de pensamiento que pueda cambiar nuestro destino; pues nunca lo sabremos sino lo intentamos.

La raíz de mi indignación es como este tipo de empresas discriminan a personas que sin haber participado en la guerra han sido víctimas y que claramente han conocido a sus victimarios o que sin haber sido victimizados les ha tocado vivir con la guerra, como un perro durmiendo debajo de la cama sin saber cuándo la tropiezan y les muerde y no siendo esto suficiente se encuentran con este tipo de empresas y sus preguntas sin contexto que les niega la posibilidad de conseguir un empleo.
Además, si basados en sus prejuicios quieren elaborar preguntas deberían complementarla, por aquello de no discriminar, y preguntar:
¿Conoce usted o ha tenido contacto con algún miembro de la guerrilla, paramilitar, agente del estado acusado de delitos de lesa humanidad, políticos que estén en la cárcel, estén siendo investigados o que hayan tenido que salir del país?

Porque esta guerra ha tenido muchas caras y todas igual o más, legítimamente, perversas.
En cuanto a la vacante no creo que me llamen con eso del tío y debo confesar que he fumado marihuana no más de seis veces y que cuatro de ellas he terminado abrazando la tasa del inodoro vomitando y con escalofríos pero si me llaman y me invitan muy cordialmente a su polígrafo voy a fumar un porro y vomitar un día antes de la prueba para responder con cinismo, no, a ver que tanto brinca el aparatejo este….

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