En Nueva Jerusalén el gobierno no da viviendas sino Esmad y Bolillo

En Nueva Jerusalén el gobierno no da viviendas sino Esmad y Bolillo

Las 1.118 personas que habitan ese barrio de Bello son desplazadas y lo único que piden es condiciones dignas para vivir. Nadie los escucha.

Por: Cindy Borrero Velásquez
enero 17, 2017
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En Nueva Jerusalén el gobierno no da viviendas sino Esmad y Bolillo

Entre las inmediaciones del barrio París (municipio de Bello) y un área rural y periférica de Medellín, se ubica la “Finca el Cortado” o más conocido como Nueva Jerusalén. Un territorio que demuestra la negligencia gubernamental para responder con seriedad a los problemas de la vivienda popular. Monopolio del suelo, especulación y abuso de la tierra, politiquería barata con planes de vivienda y violencia contra una población en condición vulnerable por situación de desplazamiento forzado.

Según el último censo realizado por la Secretaría de Bienestar e Integración Social y la Secretaría de Gobierno del municipio de Bello, realizado entre el 5 y el 7 de octubre de 2009, estableció que a esa fecha “residían 1.118 personas, en 261 grupos familiares, 387 personas fueron desplazadas por la violencia, causa por la cual no tienen como pagar una vivienda”[1]. Sin embargo, se estima que para la actualidad alrededor de 15.000 personas habitan los terrenos, lo que demuestra el desconocimiento de la Alcaldía por su nulo acompañamiento a dicha población; es la norma, siempre se quedan cortos de cifras para responder a las dificultades del municipio.

Paradójico, además, que el sábado 21 de noviembre de 2015 en plenaria del Concejo de Bello se presentó un debate sobre la situación de este sector. Allí se manifestó la existencia de títulos mineros de particulares sobre yacimientos presentes en la zona, razón inquietante para varios miembros de la corporación. Lo más preocupante es que a esta sesión asistieron entes de control del municipio como la Contraloría, la Personería y secretarías de despacho como la de Gobierno, Planeación, Medio Ambiente, Vivienda, Infraestructura y Gestión del Riesgo[2], quienes habían sido notificados del fallo de la acción popular proferida por el Juez 26 Administrativo de Medellín, el cual emitió la orden de reubicación en territorio legal y con mejores condiciones[3]. No obstante, ante este llamado el argumento final de los colegiados fue que por imposibilidad jurídica y presupuestal no era “posible darle una solución tan rápida como se quisiera”; lamentable y escuálida forma de absolver su responsabilidad política con la comunidad, ¿Cuál es su compromiso con los ciudadanos que reclaman un derecho inalienable? Claro, no es un proyecto privado que les significa comisiones.

Como lo mencioné en un artículo anterior, la prioridad en Bello es otorgar la mayor cantidad de licencias posibles para proyectos de estratos 4, 5 y 6. Según estimaciones, para 2020 se habrán construido 38.200 viviendas de estas características, planes que cuentan con apartamentos por encima de los 250 millones de pesos y que incluyen locales, zonas comerciales, bulevares y escenarios deportivos[4]. Mientras para grupos poblacionales en situación de vulnerabilidad, se aprobaron 130 proyectos en condiciones de precariedad, incrementando el riesgo estructural y la exclusión económica. Esto se suma a la negligencia institucional que hoy reaparece junto a la fuerza pública para violentar a una población que ha sido víctima del desplazamiento. La Alcaldía de Bello ha hecho uso desmedido de la fuerza para contrarrestar su propia falta de planeación y su incapacidad para crear soluciones reales al problema de vivienda, con paños de agua tibia pretende resolver un déficit estructural del estado colombiano.

La encrucijada que viven miles de familias por falta de vivienda, se agudiza con la falta de empleo y oportunidades. Situación que han aprovechado muchos personajes para hacer campaña, entre ellos Vargas Lleras y Juan Manuel Santos, quienes con viveza hicieron campaña prometiendo cien mil casas, un anzuelo clientelista que juega con las necesidades de los más pobres. Eso mismo sucede en Bello, quienes sufren la inclemencia de la pobreza, son castigados con el látigo de la indiferencia institucional, que solo aparece para fortalecer los bolsillos privados en detrimento de la población.

[1]“Informe de Riesgo N° 029 de 2013, de Inminencia, para el asentamiento Nuevo Jerusalén, predio El Cortado, en el Municipio Bello, Departamento de Antioquia.” Disponible en formato html: http://sisat.defensoria.org.co/subsitio/doc/historicoAdvertencia/IR2013PDF/IR%20N%C2%B0%20029-13%20ANTIOQUIA-Bello.pdf.

[2]“El Concejo de Bello hizo seguimiento a acción popular de “El Cortado”. Disponible en formato html: http://www.concejodebello.gov.co/index.php/comunicaciones/prensa/202-el-cortado2015.

[3] “Caso Nuevo Jerusalén fue advertido en 2013, hoy desplazan a sus habitantes”. Disponible en formato html: http://analisisurbano.org/caso-nuevo-jerusalen-fue-advertido-en-2013-hoy-desplazan-a-sus-habitantes/.

[4] “Bello y la vivienda: del estrato 6 al drama de las casas en lata y madera”. Disponible en formato html: http://www.las2orillas.co/bello-y-la-vivienda-del-estrato-6-al-drama-de-las-casas-en-lata-y-madera/.

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