Mujeres reparadas (II)
Opinión

Mujeres reparadas (II)

Por:
noviembre 18, 2014
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Hace más de treinta años, todos los 25 de noviembre, las mujeres convocamos a la sociedad a pensar soluciones al problema estructural de las violencias que se ejercen contra niñas y mujeres.

Desde 1981, fecha en que se reunían por primera vez las feministas latinoamericanas y del Caribe en Bogotá, y quisieron rendir un homenaje a las mujeres que en este continente han abanderado las causas de la libertad y la justicia social, aún a costa de pagar con sus vidas. En esa ocasión se decidió que las hermanas Patria, Minerva y MaríaT eresa, quienes sufrieron tantos tipos de violencias por oponerse a la dictadura de Leonidas Trujillo en República Dominicana, eran un símbolo de esas resistencias y la fecha de su muerte, un día que valía la pena recordar cada año, reflexionando sobre la situación de las mujeres. Después la ONU adoptó la fecha y es por eso que se habla de Día Internacional de No Más Violencias contra las Mujeres.

En Cali se ha conmemorado de mil maneras la fecha: con marchas, plantones, foros y eventos académicos, jornadas artísticas, etc.
Este año, queremos hacer hincapié en las violencias simbólicas, esa serie de comportamientos violentos que al ser asumidos como naturales, se invisibilizan o se aceptan como normales y las propias mujeres no alertamos ni reclamamos.

Si un marciano llegara a Cali, por ejemplo, pensaría que las mujeres de esta ciudad no participaron en su construcción ni desarrollo. No hay estatuas ni monumentos que reconozcan sus linajes, su aporte a la vida y a la felicidad de la comunidad. Las calles no llevan sus nombres, sus heroísmos no se reconocen en la esfera pública, sus esfuerzos en la construcción de las barriadas populares no son registrados por ninguna generosidad pública. Y sus voces, sus maneras de nombrar las honduras humanas, cuando se decide un monumento a la poesía, las excluye.

Hace años, con sobradas razones, se construyó el Parque de los Poetas, así, en masculino, sin la presencia de ninguna de las grandes mujeres poetas de la región.
Bien por los poetas Villafañe, Isacc, Nieto y Llanos, fundantes de una tradición vallecaucana. ¿Pero no hay ni una mujer que merezca sentarse con ellos? ¿No termina siendo esa ausencia otra violencia contra las mujeres?

Proponemos reparaciones simbólicas y dos asientos en ese parque: un bronce para una poeta con una obra terminada y definitiva y otro asiento para la poesía viva de la región, un espacio múltiple e itinerante para la polifonía de las épocas.

Así que este 25 de noviembre, en alianza con la Asesoría de Equidad de Género y la Secretaría de Desarrollo Territorial y Bienestar social de la Alcaldía, estaremos iniciando la agenda de reparaciones simbólicas para las mujeres caleñas, reconociendo a las mujeres poetas y convirtiendo el Parque de los Poetas en el Parque de la Poesía. Será un acto lleno de rituales, poesía, reconocimientos y reencuentros

Sin embargo, en la ciudad los índices de violencias no ceden y el machismo campea con agresiones, asesinatos, explotación sexual, auge de discursos patriarcales en medios de comunicación, iglesias, publicidades, decisiones políticas…

A pesar de leyes y manuales, conversatorios y talleres ofrecidos a periodistas en los que se enfatiza la enorme importancia de aprender a nombrar a las mujeres y a nombrar las violencias ejercidas contra ellas, siguen repitiendo las erróneas fórmulas de “crimen pasional” y “hecho de intolerancia”. Les corresponde a los medios encabezar un gran ejercicio de reparación simbólica con las mujeres, invisibilizadas la mayoría de las veces y revictimizadas cuando se las nombra de manera equivocada.

La propia Universidad del Valle, que para muchas adolescentes de todo el suroccidente colombiano que ingresan a cursar una carrera, se anuncia como escenario de la libertad y el respeto, es cada vez más un espacio donde circulan todo tipo de discriminaciones y violencias, incluyendo las sexuales.

También en este caso las directivas universitarias se lavan las manos sacando escuetos comunicados, cuando lo que urge es el diseño y aplicación de una política de equidad entre los géneros y eliminación de las violencias, como la misma ley 1257 ordena.

A pesar de contar con el primer Centro de Estudios de Género del país, reconocido en el país y el mundo por la calidad de los conocimientos producidos y las acciones acompañadas, la Universidad no acoge sus iniciativas, no genera las políticas ni asigna los presupuestos para que funcionen las medidas que permitirían que su campus se convierta en realidad en ejemplo de equidad, reconocimiento e inclusión, pero ante todo de vida libre de violencias hacia las mujeres.

Sabemos que es tiempo de reparaciones. Las mujeres precisamos muchas y los centros de poder tienen la oportunidad de iniciarlas ya.

@normaluber
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