El pasado 3 de marzo del 2016 un petardo le estalló en los pies de Sara Abril, la representante de los estudiantes ante el Consejo Superior de la Universidad Nacional que se atrevió a enfrentar al Presidente Santos cuando visitó la universidad para hablar del proceso de paz en enero de éste año y quien le dijo en su cara: “Primero que todo, señor Presidente, quiero decirle que usted cometió muchos errores. Esta no es una de las mejores universidades del país. Es la mejor universidad de Colombia y no hacen nada para mantenerla”. Las 2.000 personas que estaban en el auditorio León de Greiff quedaron atónitos.
Abril estaba frente al edificio de Bellas Artes protestando por su deterioro cuando el ruido de la explosión la aturdió. El humo no permitió identificar a los agresores. Nadie salió herido pero el campanazo fue claro. Inmediatamente corrió a poner la denuncia al Consejo Superior del que forma parte y que preside el rector Ignacio Mantilla quien no pareció impresionarse con el hecho. Han corrido ocho meses sin que haya ocurrido nada.
A Mantilla, la estudiante de biología le resulta incómoda. Una tensión que viene de tiempo atrás, precisamente cuando Abril increpó al Presidente, en quien Mantilla siempre ha sentido respaldo y cuya reelección la posibilitó el gobierno nacional en cabeza de la entonces Ministra Gina Parody. Por eso no dudó en desacreditarla públicamente: “El presidente salió bien librado porque los estudiantes que se expresaron fueron los que son profesionales en esto, los que tienen discursos repetitivos y no son propios”.
Sara Abril por su lado cuenta además del apoyo estudiantil con respaldos como el del senador del Polo Jorge Robledo y otros dirigentes que han aplaudido su comportamiento.
Una de las últimas banderas que ha enarbolado Abril y que irritan a Mantilla es los cuestionamientos frente al descuido que padecen los valiosos edificios arquitectónicos del campus univesitario: 49 de las 129 edificaciones se encuentran al borde del colapso. El 56 por ciento de la planta física está en condiciones de vulnerabilidad, además de marcar los problemas económicos que la agobian: el déficit de la Universidad Nacional ya asciende a los 40 mil millones de pesos.
Ignacio Mantilla no es un rector popular dentro de la Universidad y Abril cada tanto le recuerda que fue reelegido en el 2015 por un designio del presidente ya que en la elección estudiantil sacó 2.000 votos contra los 10 mil que sacó su rival Mario Hernández y que, por esa razón, Mantilla se ha convertido, según la Presidenta del Consejo Estudiantil, en el guardián de los intereses de Santos dentro de la Universidad. De Santos y hasta de Peñalosa.
Al Consejo Superior de la Universidad le molestó que Sara Abril empezara a denunciar a través de sus redes sociales que la Alcaldía de Bogotá quería quitarle unos terrenos a la Nacional. La rectoría negó éstas afirmaciones y Abril decidió ir salón por salón a denunciar esto. A Paulo Orozco, miembro del Consejo Superior, no le tembló la voz para afirmar que la representante usaba “métodos terroristas” para dirigirse a los estudiantes.
Con respecto a los problemas de infraestructura Abril arremetió contra la administración actual a principios de noviembre "Rector Mantilla está abusando de la suerte de que no ha caído un techo encima de alguien. La crisis de infraestructura es grave". A medida que se acerca la fecha de las elecciones a Representante Estudiantil, el 22 de noviembre, se caldean aún más los ánimos. El 8 de noviembre desconocidos quemaron la pancarta donde denunciaba la crisis presupuesta de la Nacional y promovían la candidatura de Abril. Otra vez la queja no tuvo ninguna repercusión en el Consejo Directivo.
La confrontación se agravaría aún más el fin de semana. En su cuenta de Twitter anunció la visita de Jorge Robledo a la Universidad. El rector Mantilla, sin motivo aparente, le dedicó unas cuantas palabras a la estudiante en su columna de los sábados en El Espectador: “Es campaña a CSU. Peor candidata estudiantil, sin discurso propio, acude a mejor senador para que oculte su incompetencia". Abril no se quedó callada y escribió ésta carta: “Nunca en la historia de la Universidad Nacional se había visto que el Rector interfiriera en las elecciones a la representación estudiantil. Es insólito e indecoroso que usted como el Rector de la mejor universidad del país, institución encargada de promover la democracia, aproveche su investidura para entrometerse en la campaña a la representación estudiantil, atacando a una estudiante de su propia institución. El pasado 3 de marzo fuimos víctimas de un atentado con un artefacto explosivo, hemos sido objeto de persecución, matoneo y ataques en mi contra y en contra de Avanza UN, y usted no sólo calla ante estos hechos, sino que se suma a esta seguidilla de prácticas deleznables”.
Abril está preocupada. Cree que la misión de Mantilla es impedir que siga siendo la representante estudiantil. Según las últimas encuestas la ingeniera electrónica va adelante con un 53 por ciento. Su rival más cercano, Andrés Felipe Salazar, alcanza apenas el 23%. A una semana de las elecciones todo indica que ella seguirá siendo la representante de los estudiantes. La confrontación con Mantilla seguirá en los próximos dos años.
