La protección de la Casa Común
Opinión

La protección de la Casa Común

Causa Común o decir Teórico

Por:
julio 02, 2015
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El alborozo cundió como especie fértil; no era para menos, la intervención del  Papa Francisco en tan delicado, pero necesario tema, no se hizo esperar. La necesidad, la obligación de cuidado y protección de la ‘casa común’ en épocas de especial desarrollo tecnológico era de esperarse. ¿Quién puede oponerse al cuidado del medio ambiente o, del ambiente, como se dice en términos expertos? Se considera que nadie se puede oponer o, dar por necia la postura. Los desastres ambientales, que no solo por el desarrollo tecnológico se presentan, sino por la inadecuada intervención del hombre, son un hecho; se considera una catástrofe.

LAUDATO SI, la postura de la necesidad; se señala que tomó el nombre de Francisco ‘(…) como guía y como inspiración (…) ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios (…) un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior’. Agrego —tres ideas que invitan a su lectura—: (i) ‘La exposición a los contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras. Se enferman, por ejemplo, a causa de la inhalación de elevados niveles de humo que procede de los combustibles que utilizan para cocinar o para calentarse. A ello se suma la contaminación que afecta a todos, debida al transporte, al humo de la industria, a los depósitos de sustancias que contribuyen a la acidificación del suelo y del agua, a los fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agrotóxicos en general. (…) (subraya fuera de texto)’; (ii) ‘El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuáticos. Las fuentes de agua dulce abastecen a sectores sanitarios, agropecuarios e industriales. La provisión de agua permaneció relativamente constante durante mucho tiempo, pero ahora en muchos lugares la demanda supera a la oferta sostenible, con graves consecuencias a corto y largo término. (…)’ (subraya fuera de texto); (iii) ‘Entre los componentes sociales del cambio global se incluyen los efectos laborales de algunas innovaciones tecnológicas, la exclusión social, la inequidad en la disponibilidad y el consumo de energía y de otros servicios, la fragmentación social, el crecimiento de la violencia y el surgimiento de nuevas formas de agresividad social, el narcotráfico y el consumo creciente de drogas entre los más jóvenes, la pérdida de identidad. (…) Algunos de estos signos son al mismo tiempo síntomas de una verdadera degradación social, de una silenciosa ruptura de los lazos de integración y de comunión social ’(resalto fuera de texto)

Como anillo al dedo, se puede afirmar; y siendo fértil la postura, las críticas —algunas resueltas en la encíclica—, tampoco se han hecho esperar y, por supuesto, de aquellos afectados en su actividad, bolsillo o interés; devastadores de tan estimables bienes.

Repito, como anillo al dedo: destinatarios también lo son, los perpetradores de verdadera hecatombe ecológica, como la hemos observado, vivido y padecido en las últimas horas en el país, aunque se haya tildado de simple daño colateral.

Hechos de suprema gravedad tanto interna como internacionalmente, merecen, en el contexto de la fuerza, una reflexión para que se convierta en  Acuerdo Humanitario; ya lo señalábamos, con base en el Protocolo I: el derecho de las ‘p’artes a elegir los métodos de guerra no es ilimitado, se prohíbe, entre otros, el empleo de armas, materias que causen males superfluos, de los que se prevea que los causan, de causar daños extensos, duraderos y graves al medio ambiente natural (art. 35). Previsiones, insistamos, que apuntan al reforzamiento internacional que se relaciona con la conducción de las hostilidades y, considera la destrucción masiva como objeto de prohibición, entre ellas las conductas  dirigidas indiscriminadamente, con efectos devastadores, las armas nucleares, químicas y biológicas, que atentan contra el medio ambiente.

La protección a la Casa Común es y debe ser una Causa Común, no un mero decir retórico o peor, Teórico.

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