La educación en 2016: Lo privado le ganó a lo público

La educación en 2016: Lo privado le ganó a lo público

Millonarios recursos en Ser Pilo Paga, que beneficiaron a las U privadas, mientras disminuyó el apoyo a la educación pública. ¿Cómo cambiar la situación?

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diciembre 22, 2016
La educación en 2016: Lo privado le ganó a lo público

LOS NÚMEROS

Durante el año que termina la educación en Colombia prosiguió su muy lento progreso.

De hecho disminuyó la matrícula en educación básica y media, sin que el gobierno se pronunciara sobre las causas de este descenso. Y por su parte, la matrícula en educación superior creció, pero no al ritmo esperado.

En efecto, según los datos consolidados del DANE  para 2015:

La matrícula ese año fue de 10.234.521 alumnos (8.298.185 en matrícula oficial).

Esta cifra fue inferior en 43.690 estudiantes a la matrícula de 2014.

Con relación al año 2010, la disminución fue de 761.751 estudiantes (es decir, 7 por ciento de descenso durante ese quinquenio).

El descenso de la matrícula oficial y contratada (pagada con recursos públicos) fue de 833.201 estudiantes.

La educación privada aumentó 71.450 alumnos en los últimos 5 años (la participación del sector privado aumentó de 17 a 19 por ciento).

Mientras la matrícula urbana decreció en 6,1 por ciento, la matrícula rural disminuyó en 9,5 por ciento.

Según el propio DANE, la reducción de la matrícula en la educación básica y media se debe a la disminución de la población en edad escolar y al desarrollo del Sistema de Matrícula Estudiantil de Educación Básica y Media (SIMAT) que permite un mayor control y auditoria externa del Ministerio de Educación Nacional (MEN).

Pero estas explicaciones no tienen en cuenta problemas graves de la educación colombiana como que el 42,6 por ciento de los estudiantes de 15 años hayan repetido por lo menos un grado (OCDE, resultados PISA 2015, Volumen I) una cifra que supera 3,5 veces la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Además, un estudio sobre caracterización de la educación media sostiene que la repitencia en secundaria es del 29 por ciento; además, entre los estudiantes que inician el grado sexto, menos del 70 por ciento llega a grado undécimo, con unas tasas de permanencia muy desiguales entre las diferentes regiones. Y recordemos que según el MEN la tasa de cobertura para la educación media apenas llega al 77 por ciento.

La tasa de cobertura para la educación media apenas llega al 77 por ciento.

Lo contrario sucede con la educación superior, donde la matrícula aumentó en 619.000 cupos con relación al 2010 y alcanzó los 2.293.550 estudiantes en 2015. El 90 por ciento de este aumento se explica por la matrícula universitaria (386.850 nuevos cupos) y por la educación tecnológica (173.865 nuevos cupos). En 2015, del total de estudiantes de la educación superior (2.293.550):

1.431.983 eran universitarios (62,4 por ciento),

623.551 eran estudiantes de tecnología (27,2 por ciento),

144.046 cursaban posgrados (6,3 por ciento), y

93.070 estudiaban una carrera técnica profesional (4,1 por ciento).

En el total de matrículas en la educación superior se incluyen los 425.847 estudiantes del SENA (datos del MEN y del Sistema Nacional de Información de le Educación Superior, SNIES).

El MEN sostiene que un 57 por ciento del aumento de la matrícula de la educación superior entre 2004 y 2014 se debió a las instituciones oficiales y el restante 43 por ciento a las entidades privadas. Sin embargo, este crecimiento no alcanza a ocultar el hecho de que la tasa de cobertura de la educación superior no alcanza aún el 50 por ciento.

Además, se mantiene la inequidad para los estudiantes más pobres, que son quienes asisten a la educación oficial. Por ejemplo de acuerdo con el MEN, solo el 29,9 por ciento de jóvenes que culminaron el grado 11 en un establecimiento educativo oficial en 2013 ingresaron a la educación superior en 2014, mientras la cifra para los colegios privados llegó al 49,6 por ciento.

 

LOS PROGRAMAS DEL GOBIERNO

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Con más o menos fortuna, el MEN ha ensayado algunos programas educativos que vale la pena examinar:

Ser Pilo Paga. El MEN ha promovido estrategias institucionales y costosas pautas publicitarias para defender este programa, el peor de la política educativa del gobierno. Hoy está claro que Ser Pilo Paga sirve para financiar a las universidades privadas, adonde fueron a parar el 98 por ciento de los recursos públicos (cerca de 400.000 millones de pesos) destinados en 2016 para atender a 22.505 estudiantes (1,7 por ciento de la matrícula total).

Este programa no genera nuevos cupos en la educación superior, no existe evidencia que permita afirmar que ayuda a la calidad del sistema educativo y no favorece a las universidades públicas, donde aún van los estudiantes de ingresos más bajos. En el año 2018, cuando este programa financie a 40.000 estudiantes, utilizará cerca del 25 por ciento del presupuesto asignado en el año 2016 a la educación superior. Pero como dice Bernardo Toro: cuando el mérito no es para todos se vuelve excluyente.

Programa Todos a Aprender (PTA). Es sorprendente el escaso interés del MEN en seguir desarrollando el PTA 2.0, que es la continuación de un esfuerzo integral de política educativa cuyo propósito central es mejorar la calidad de la educación de los niños de primaria más pobres o que viven en zonas deprimidas (sector rural).

El PTA 2.0 tiene incidencia directa sobre cerca de 2.300.000 estudiantes en 4.372 establecimientos educativos donde se busca mejorar la planeación y las prácticas de aula de los docentes en procesos de formación pedagógica en las áreas de matemáticas y lenguaje (en el año 2015 el PTA realizó 407.618 acompañamientos de aula).

Este programa cuenta con un equipo de 99 formadores y 4.196 tutores que trabajan con cerca 80.000 docentes en 82 Secretarías de Educación, y ha entregado más de 7 millones de libros a más de 4.000 sedes educativas. La clave del programa son los tutores, quienes deben tener experiencia y formación. Sin embargo, algunos docentes con quienes he hablado se quejan de clientelismo y de que se están seleccionando maestros tutores que no cumplen los requisitos.

Aunque el PTA 2.0 se mantiene, no ha tenido la continuidad y la importancia que le dio la ministra María Fernanda Campo. La nueva ministra debe recordar que el mejor camino para avanzar en la calidad y equidad del sistema educativo es privilegiar a los más pobres. El PTA cumple este objetivo, pues trabaja con las escuelas abandonadas de Colombia adonde asisten los niños que obtienen los peores resultados en las evaluaciones.

Jornada única y construcciones escolares. El desarrollo de estos programas se mantiene oculto (no hay información de avances ni publicidad). Sin embargo, hay evidencia de que la jornada única (JU) puede ayudar a mejorar la calidad de la educación y la convivencia escolar, así como a disminuir la deserción escolar y el embarazo adolescente. El MEN además sostiene que con la JU fortalecerá las competencias básicas de los estudiantes y fomentará las actividades deportivas, artísticas y culturales para aumentar la permanencia de niños y adolescentes en los colegios.

La tasa de cobertura de la educación superior no alcanza aún el 50 por ciento.

En lo concerniente a construcciones escolares, el MEN se comprometió a lograr la construcción, ampliación o mejoramiento de 30.680 aulas para fines del 2018. Pero en lo corrido de este gobierno solo se han construido 2.475 aulas nuevas (8 por ciento de la meta).

Pese al impacto favorable que pueden tener la JU y las construcciones escolares sobre la calidad de la educación básica y media oficial para más de 8 millones de estudiantes, las metas de la JU son moderadas pues apenas se esperaba llegar al 9 por ciento de la matrícula en el 2016 (687.411 estudiantes). Además, aún no hay acuerdo con la Federación Colombiana de Trabajadores por la Educación (FECODE), algo que facilitaría su ejecución.

RETOS EN EDUCACIÓN

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El próximo año al gobierno le esperan varias tareas que no dan espera:

Avanzar en el derecho a la educación para los niños de 4 años en jardín, que es el grado donde empiezan a consolidarse la calidad de la educación y el éxito escolar. Sin embargo estamos lejos de esta meta: mientras que 739.277 niños asistieron al grado de transición en el 2015, al grado de jardín solo fueron 156.139. Además, de manera inequitativa, pues el 83 por ciento asistió a instituciones privadas.

Emprender acciones (que no son muy costosas) para retener a los estudiantes en secundaria hasta la media (grado 10 y 11). Colombia necesita universalizar la educación media para que los adolescentes no caigan en el empleo informal o aumente la delincuencia juvenil.

Rediseñar el programa Ser Pilo Paga. Por ejemplo estipular que el 50 por ciento o más de los estudiantes vayan a las universidades públicas y se les gire a estas el costo promedio que cobran las universidades privadas por alumno.

Seguir fortaleciendo las facultades de Educación, base para mejorar la calidad de la educación en Colombia.

Consolidar procesos pedagógicos y trabajos de aula de los docentes en los colegios, para lograr que los estudiantes aprendan con felicidad y permanezcan con el respectivo acompañamiento de padres de familia.

Garantizar los recursos para financiar el sector educativo. ¿Qué hará el Gobierno Nacional? al no contar con el crecimiento adicional del 1.8 por ciento para educación que hasta el 2016 estableció la Constitución Política (artículo 357)

 

*Tomado de Razón Pública con la autorización del autor.

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