Izquierda: ¿hacia el "Frente Popular" con Santos?
Opinión

Izquierda: ¿hacia el "Frente Popular" con Santos?

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diciembre 02, 2014
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Con o sin esos nombres (“Frente Popular”, “Juan Manuel & Cía.”) el próximo congreso del Polo deberá abordar un asunto que en sectores de la izquierda que votó por Santos se insinúa: la posibilidad de convertir una votación puntual por Santos (y solo para darle continuidad a los diálogos) en una especie de táctica para el período, en la lógica y con la explicación de los Frentes Populares de la Europa antifascista.

Se lee en propuestas hacia las elecciones del 2015[i], pero también en quienes le apuntan a un“gobierno de transición” posnegociaciones de La Habana, asimilándolo a la configuración de un nuevo “Bloque histórico”, en un planteamiento aún más estratégico.

Y es que si el proceso de paz comprende toda una etapa histórica, y el Centro Democrático que lo amenaza llegó para quedarse, la conclusión resultaría forzosa. Incluso, con más o con menos letras, con mayor o con menor franqueza, el asunto ha rondado desde inicios del anterior cuatrienio y ahora de manera más directa.

El tema ya era bien polémico por los días en que nos invitaron a votar por Santos como un voto contra el fascismo y por la paz. No porque Uribe no tenga visos fascistas, sino porque del mismo modo que Venezuela no es socialista aunque Maduro se proclame así, Colombia tampoco estuvo bajo un régimen fascista en el octenio de Uribe —pese a ser fuertemente autoritario, abusivo con los derechos humanos y comprometido con graves crímenes—, ni siquiera durante los días en que éste alinderó todos los astros y reunió casi monolíticamente el poder bajo el aplauso generalizado del régimen, del gobierno, los medios y el común. Así las cosas, menos aún podría imponer fascismo alguno Oscar Iván Zuluaga, de talante y carisma diferente, con una propuesta algo raída y con un bloque de poder profundamente roto y con severas pérdidas de hegemonía.

Pero tales motivos frentistas comportan ahora otras polémicas aristas relacionadas también con el tema de la paz: la trampa de su polisemia y la trampa de su absolutización. La primera sirvió a Clara López para trivializar la discusión sobre su comercial de apoyo a Santos[ii], contentivo entre otras de la promesa de “una Colombia en paz por un nuevo desarrollo del campo”, burlada al día siguiente de elecciones con el incumplimiento de los acuerdos con los campesinos y ahora flagrantemente con varios proyectos de severo corte contrarreformista. La segunda es igualmente compleja: convertida la paz en valor absoluto, se aplaza el urgente frente “antineoliberal” para la época de las calendas griegas: “El paro agrario puede esperar”, sentenció Piedad Córdoba. Convertida en valor absoluto, se postula ahora sí un compromiso con los empresarios pero “por la paz”, sin los reatos que despertaba un acuerdo con los mismos contra el TLC, que es concreto e inmediato. Absolutizada le sirve lo mismo a Juan Manuel Santos que a Piedad Córdoba para invitar a que el Paro Agrario se trocara en una “movilización por la paz”. Tal el triunfo del establecimiento.

La mesa del debate está servida en este y otros órdenes. Las definiciones hacia el 2015 empiezan a plantearse. Algunos círculos del poder aspiran a cooptar nuevos representantes de izquierda o del campo de lo “popular” en su mesa, para renovar su apariencia de Unidad Nacional y recuperar ese esquivo consenso social que tanto les preocupa. Otros voceros de la coalición gobiernista han prometido candidatos propios en las principales ciudades, “para derrotar al uribismo” —decisión que traduce un nuevo “nini” en Bogotá: ni Clara ni Angelino­— y asegurar así no solo la paz sino también la clientela y la contratación local y sus rentables cuentas. Pero también en nombre de estas últimas, desesperados representantes de las encopetadas élites que dominan los grandes negocios regionales, como el derechista Diego Martínez en Cali, ripostan reclamando no trasladar la polarización Uribe-Santos al plano municipal, no vaya a ser que se les cuele un “populista”, que es como denominan a quien no se inclina por el catecismo neoliberal.

Interesantes escenarios. Oportunos debates. Delicadas decisiones.

 

[i]Posición de Clara López ante el Comité Ejecutivo Nacional, octubre 16 de 2014.

[ii] Posición de Clara López ante el Comité Ejecutivo Nacional, octubre 16 de 2014

 

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