Festival de La Tigra Piedecuesta Ruge Apuntes, notas y cosas que observé en el tercer y cuarto día de Festival

Festival de La Tigra Piedecuesta Ruge Apuntes, notas y cosas que observé en el tercer y cuarto día de Festival

Aunque pongo que reporto desde Santa Marta, en realidad me encuentro de viaje por el país.

Por: Simón Alberto Sánchez Murillo
enero 30, 2017
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Festival de La Tigra Piedecuesta Ruge Apuntes, notas y cosas que observé en el tercer y cuarto día de Festival

 

Ya en Piedecuesta Santander, recorro el centro del pueblo preguntando por un festival que se está organizando

 -¿Señor, dónde queda el Centro Cultural Daniel Mantilla Orbegozo?

- Cómo!!

- El centro cultural donde se está organizando el Festival La Tigra, el que organiza Edson Velandia? ¿Lo conoce?

- Yo de eso no se mano!!

Así por unas tres o cuatro personas, que no se confunda el lector ni el desprevenido, que en todas partes los niños corren tras la pelota y en todas partes las personas son amables; sucede que en algunas regiones se habla más “durito” y en otras con algo de desenfado.

-¿Amigo, Ud. Sabe sobre el Festival, el que se está haciendo en el Centro Cultural Daniel Mantilla Orbegozo?

-¿Centro Cultural….? ¡Ah sí! “¡El Elefante Blanco!”… ¡Claro! Mire, eso queda allí no más subiendo.

-¡Gracias!

Es cerca del medio día, ya han pasado dos días de Festival y en este tercero, se presentan Carlos Andrés Quintero y Juan Pablo Cediel (Zapatoca y San Gil), Navegante (Bucaramanga), Ezequiel Borra (Argentina), Colectivo Social La Panela (Piedecuesta) y Velandia y La Tigra (Piedecuesta); eso será ahí a las afueras del Centro Cultural. Los toques inician a las 4 de la tarde según la programación.

Es una plazoleta en lo alto del atrio del edificio, que se ve nuevo, no más de 15 años quizá, con una arquitectura que desencaja totalmente con las casas coloniales que aún quedan en la zona. Un grupo se prepara para hacer la prueba de sonido, suenan acordes, afinaciones de guitarra, batería, bajo, trompeta.. .

–“Probando, Probandoooo..¡Toda la vecindad Alerta, tercer día de Festival en el Centro Cultural Daniel Mantilla Orbegozo…  Ahí va Don Francisco que vine con ese caminaito e´perroooo … Esta tarde a las 4 iniciamos!”. Así, con voz de pregonero, Edson prueba micrófonos.

Y ahí inicia la prueba de sonido. Es un concierto privado al aire libre que disfruta ese grupo reducido de colaboradores que están sin hacer nada y dos o tres transeúntes que se detienen en la sombra a escuchar la estridencia del sonido rebotando en las paredes que rodean la pequeña plazoleta. Un vendedor de bebidas energéticas “Vive 100”es Ciro de 48 años,  acompaña la música con movimientos de cabeza, El montaje está emplazado a la derecha de la entrada del auditorio principal del Centro Cultural Daniel Mantilla Orbegozo y lo corona una palabra en broce que reluce con el sol: ¨BIBLIOTECA”.  Puede uno calcular que en esa plazoleta, sumando con las aceras aledañas, un especio anterior que es la entrada al auditorio cerrado, caben aproximadamente 500 personas, viendo esos espacios le pregunto a uno de los del grupo de organización: ¿En los conciertos del Festival pasaban los vehículos y buses o se cerraba la calle?. -¡No, los carros siguen pasando!

Una canción, otra, corrigiendo aquí, dando instrucciones, saltando tocando, cantando un tema que habla sobre la nevera vacía, otro sobre el chulo, otro tema que menciona a la Gloria y otros más ya muy reconocidos del Maestro Velandia; como se refiere a él uno del equipo que está a cargo del registro audiovisual del Festival de La Tigra Piedecusta Ruge.

Velandia, quien en su infancia guitarreaba con sus adultos o aprendió solo, no sé…. Desde hace mucho tiempo ha tenido inquietudes por la creación y la producción de eventos y de sus contenidos. Uno lo ve por ahí  en las calles del pueblo, y ve un loquillo más, con rasgos Guanes, bajito, con acento piedecuestano marcado, muy juguetón con los niños y siempre en un ensimismamiento como microsueños,  que lo atacan como si fuera narcolepsia o algo así. Se le puede recordar de “Cabuya”, por allá hace como 12 años cuando hicieron un toque en 1815.  Ése era un bar que quedaba en una casona que perteneció a Luis Perú de Lacroix, quien fue edecán de Bolívar en esas épocas  de la independencia; pues en esa casa, ubicada en el centro de Bucaramanga, allí, se hizo “Sobresaltos” un Festival de danza contemporánea y tocó “Cabuya”. Ya Edson era personaje  en estas tierras, se metía en teatro, componía, escribía sobre cine;  yo me imagino que desde muy chico  ya había hecho mucho más. Hoy día según pude enterarme, a veces o muchas veces se levanta tipo tres de la mañana, escribe: Una canción , planea un montaje para teatro, se inventa un programa para web “El Canto del Chupahuevos”, se le ocurre cientos de cosas , las trabaja, las escribes, guiones de películas; y al otro día sale y las hace, algunas de ellas. Parece que no para, eso me dicen.

Después de las cuatro o cinco canciones ensayadas, “Vive Bien” Ciro, me mira y me hace un gesto como rascándose una mejilla  con cuatro dedos que “ojo con el morral que no lo descuide”, sólo estamos allí viendo la prueba de sonido cinco personas. Éste, es otro reconocido personaje del pueblo; de ello me di cuenta el domingo siguiente, en el parque principal todo el mundo tiene que ver con este vendedor ambulante de bebidas energéticas. Al preguntarle a “Vive bien¨ qué cómo se enteró del Festival (es vendedor ambulante se daría cuenta al pasar pensé, pregunta no a lugar digo yo)  - Por la radio, salió por la radio cuando yo estaba en la casa.

De este Festival se enteraron quienes siguen a Velandia y la Tigra, en alguna red social o escuchando y siguiendo a Radiónica, o viendo el programa “El Canto del Chupahuevos” o caminado por el pueblo viendo los carteles que avisan, o que un amigo le cuenta a uno y uno uff… qué ganas de ir a eso.

Adelantándome un poco les cuento que la sábana de patrocinadores no es poca, que Velandia lleno de emoción y con una sonrisa enorme de satisfacción, lista en mano y durante más de 20   minutos mencionó uno a uno los colaboradores, aportantes, ayudantes, al equipo, a los amigos, a todos los que pusieron algo para que el Festival fuese un éxito como lo fue. Ya eso habla del trabajo y la coordinación para llevar a cabo cada cosa.  “Yo creía que un festival se hacía entre tres” dice Velandia jocosamente  mientras daba los créditos  y agradecimientos a todo el mundo.

Primero, según ya había ocurrido los dos primeros días de Festival (En una de las imágenes pueden ver el cartel de artistas) la mecánica era: Un toque en el auditorio, todo mundo pagando entrada,  y un toque en la plazoleta, para que todo el que pudiera disfrutara  desde las aceras de en frente o metiéndose en la plazoleta … Una locura logística se me ocurrió pensar, hombre! que la gente entre y luego salga y luego entre de nuevo,  y para terminar salga otra vez…. Pero la verdad que siendo los toques instrumentales: Cuerdas y piano, o un solista con guitarra que vino desde el Rio de La Plata a sumarse al Festival, pues sí es acertado que esas músicas que son más para contemplar que para saltar y darse de topes con los otros, sea en el auditorio. Y afuera  pues el Rock, un colectivo que tiene sonidos de Cumbia tecno, además El Navegante con su grupo; pues sí,  bien por esa variedad y esa forma de mover al público. Por su parte los asistentes muy  “bien portados” como dicen en Santander.

Antes de iniciar el día tres, del que vengo hablando dando saltos hacia atrás y adelante en el tiempo… Se escuchaba al DJ Domenico Dimario del Colectivo “Gallo Fino” poniendo a la gente en ambiente con aires tropicales y luego de salsa. Ahí  se inicia la espera para entrar al auditorio al primer concierto de la tarde. Un momento después Velandia se cerca a unas personas de la organización y les dice que “vamos a esperar hasta las cuatro y media, que entre la gente en cinco” Aprovecho y le pregunto: ¿Cómo va la vaina?

-La vaina va bien, chévere!

Y así, está en la “juega”, se le ve en todas partes mirando, coordinando, corrigiendo, parece estar al tanto de cada cosa que va pasando en el desarrollo del Festival.

Una periodista local responde a la misma pregunta:

-Genial, gente muy bacana, las bandas tan diferentes muestran lo que realmente hay en la ciudad y los de afuera también. Bucaramanga necesita despertar culturalmente y eso es lo que se está logrando (refiriéndose a toda el área metropolitana de la ciudad que se compone por Piedecuesta, Girón, Floridablanca y Bucaramanga)

Una vez dentro, la sala es ocupada por poco más o menos 120 personas, muchas de ellas con luciérnagas ruidosas a las que miran insistentes, todas son Smartphone. Cuatro y treinta, quizá un poco más, inicia. Sale el presentador animando a todos al estilo de “El Canto del Chupahuevos”, esa es la referencia que tengo del presentador o maestro de ceremonias.

En la primera pieza, el público responde con un aplauso cerrado, ya para la segunda uno de los intérpretes presenta lo siguiente que van a tocar y agradece la invitación. Se trata de adaptaciones para piano y cuerdas  (tiple y mandolina). Música de Brasil, Venezuela y también aires colombianos.

A  Edson se le ve en la mano una de esa luciérnagas, su puesto de combate es ahí al lado de la consola y donde se ponen las cámaras que registran el evento, mira al público, al grupo de staff, a los cámaras, al de la consola, mira su luciérnaga y  atiende algo en ella. Coordinando digo yo, eso creo al ver su actitud.

Dos pieza más y el público aplaude fuertemente cada interpretación, Edson ya se ha desprendido de su luciérnaga y se deja contagiar del entusiasmo del público ante las interpretaciones de los artistas y aplaude. La interpretación es casi impecable.  A esa hora ya hay más de 200 personas en el auditorio, sigue llegando gente.

Al Igual que a medio día, en la prueba de sonido,  pido a algunas personas que me regalen las fotos que hacen y las compartan para  tener el recuerdo  de esos momentos con estas notas y algunas imágenes.

Después de la cuarta pieza uno de los intérpretes aprovecha para agradecer a los organizadores y confiesa que  están allí tocando porque Edson los invitó y que fue la escusa perfecta para juntarse como dueto y  presentarse en el Festival. Seguidamente pide un aplauso para Edson. Él no se mueve, gira la cabeza y mira al público, los cámaras, el staff y recibe orgulloso y con una sonrisa de satisfacción  por el disfrute del público, la primea ovación de la noche.

Terminan. Para el segundo concierto hay que salir… el anunciante, presentador, invita muy cordialmente al público a que salga “con cuidado de no irse de geta por las escaleras”. Gente mayor, muy mayor, jóvenes, casi niños, adultos contemporáneos, Millennials, viejeras, vejestorios, cuchos y viejos y viejas, de todo en ese público.  Una cosa que me alegró mucho fue ver a varias de la personas que trabajan en la organización, cámaras, fotógrafos, músicos,  acompañados de sus familias, niños de brazos incluso, es como lo dijeron en algún momento, fue trabajo de una familia el organizar todo ello; ver niños de brazos, dos, tres años, entre el público, fue ah caramba!! Buenísimo, como dice un amigo: “Hay esperanza”.

Otra nota al margen es que una vez se terminó la última, última, última de  Velandia y La Tigra;  que parecían no quererse bajar de la tarima y el público seguía pidiendo otra, otra, otra. -“Otra u otras?” responde Edson ante la petición. Pues una vez terminó; público, organizadores, recicladores y espontáneos se encargaron de recoger cuanto mugre dejó el espectáculo tanto en la plazoleta como en las aceras aledañas, 10 minutos después sólo quedaban algunas colillas de cigarrillo que fumadores sin reparo dejaron por ahí tiradas.

Ya de nuevo en el auditorio, un poco antes en el tiempo, se presenta Ezequiel Borra. Varios discos, muy reconocido y uno  de los que  dijo al Festival, “yo les llego allá, cuenten con migo”, como lo hizo un grupo de Pasto y otras muchas personas más que decidieron ir a apoyar el Festival de La Tigra Piedecuesta Ruge. Pues bien, en la sexta canción que interpreta el artista, aparece Velandia caracterizado con su traje y zapatos enormes, el público aplaude de inmediato cuando ve al cabeza de burro multicolores haciendo escena con el artista, cantan a dúo… todo un espectáculo. El aplauso ahí ya fue grande, grande al final de esa canción.

Casi a la mitad de la siguiente pieza, Edson ya estaba vestido de paisano, a su modo,  en su puesto de combate, ya sin luciérnaga pero ahora cargando en hombros a su hija pequeña, año y medio me dijo que tenía, creo, cuando le pregunté. Uno de los asistentes, curioso, intenta e intenta y hace algunas fotos de padre e hija ahí en la penumbra. Cuando  le pido que por favor me regale esa foto, que me la comparta, que yo sé que yo aparezco en ella, me dice que claro, que como no! -Ah gracias, es que me di cuenta que le estaba tomando fotos a Velandia y  por eso quise venir a pedírselas  – Ese es Velandia?  – Sí.  – Ah yo no sabía, yo estaba era curioso con la niña que estaba aplaudiendo con su manitas y el papá cargándola.  – Ese es.  – Ah pues voy a  saludarlo, es que yo viene aquí fue a buscarlo a él. Y parte hacia él, conversan y Edson le firma un libro y ríen, se despiden.

En lo que más la gente se movió, se divirtió y se mostró, me refiero al público, fue con  el colectivo La Panela y con Velandía y La Tigra. Casi 600 personas, cálculo personal, ahí en la calle y plazoleta, varios policías y gente de la organización cuidando de los espectadores para que los vehículos y buses no causen ningún incidente…. Inicia el concierto y dice el presentador: “Este es el único grupo donde hay un burro, un león, un zuricata, un chulo y un camuro...”   Velandia saluda, y le dice a los del bus que va pasando, “eh! los del bus que se bajen que esto se va poner bueno”, pasa la policía con sus luces  y dice “eh los de la ambulancia, dejen pasar a los de la ambulancia” y así, es un concierto con espectadores que van en bus o en taxi. Un concierto con calle en medio.

De tantas cosas que escuché se quedaron en mi mente dando rebotes: La dedicatoria que hizo Velandia a Marcha Patriótica de esa canción que habla de La Gloria  “Que no están solos”

Y algunas frases de canciones: “El que no tiene televisor no se le daña el televisor” ,  “No hay peor pobre que el que no sabe bailar” y esa otra que habla de un chulo “yo soy pájaro sincero”

Al otro día, último del primer Festival de La Triga Piedecuesta Ruge, la Retreta Dominical; según decía cuando invitaba Velandia a asistir: “son 125 años de la Retreta no la dejemos perder, recuperemos el Centro Cultural Daniel Mantilla Orbegozo, que ya deje de ser un elefante blanco, que ya no sea un elefante blanco, revivámoslo entre todos, para eso este Festival!”.

En la tarde del domingo, me encuentro a “Vive Bien” Ciro, que me saluda y extendiendo su mano y su brazo, me dice que a las cinco comienza lo del festival, a las cinco. Teatro con una obra de sátira, con actores disfrazados, el cabeza de burro, enfermeras con traje de campesinas, una Tigra, los árbitros, el juez boleta y bueno, una cómica rutinita caótica divertida puesta en escena … El público muy tibio, se quejó, según escuché de algunos, respondió escasamente con aplausos. Grande eso sí la banda del pueblo, con su sus vientos y percusiones que siempre hace las delicias de los espectadores. Buen final para un Festival que seguramente fue mejor de lo que pude ver  y que seguramente se repetirá varias, muchas veces más.

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