El primer gran caso de corrupción de Cartagena
Opinión

El primer gran caso de corrupción de Cartagena

Por:
diciembre 24, 2014
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

A propósito del proceso de Paz, para construir una sociedad que brinde oportunidades para todos, no solo habrá que hacer una gran inversión social, sino resolver el grave problema de corrupción, generalizado en la nación. Queriendo encontrar el origen, me fui a Cartagena, asociada a estos non sanctos menesteres, donde encontré el primer gran caso de corrupción local.

 

Desde que Heredia descubrió Karmairi en 1533, notificó a la Corona que el principal problema del sitio era la falta de agua, por lo que consideró la plaza como un campamento provisional mientras encontraban un lugar más apropiado donde ubicar la ciudad principal.

Inicialmente se intentó solucionar el asunto canalizando la ciénaga de La Matuna y aprovechando los jagüeyes existentes, pero siempre se supo que la solución era construir un canal para transportar agua desde Turbaco, población cercana a Cartagena, con una riqueza hídrica natural, con gran cantidad de arroyos o fuentes superficiales de agua que se mantienen todo el año.

Finalmente en 1565 la Corona de España autorizó al gobernador de Cartagena cobrar un impuesto especial de $1 por cada esclavo que se vendiese en la ciudad y el 0,5 % del valor de todas las mercancías que desembarcasen en la ciudad. Dichos tributos no ingresaban al fisco, sino que eran cobrados y administrados por particulares. No obstante en 1577, el gobernador Pedro Fernández del Busto logró que fuese el cabildo el encargado de cobrarlos, el directo beneficiario de los mismos, y además de duplicar, tanto la tasa cobrada por la venta de esclavos como la de las mercancías, agregó un impuesto igual a la venta de vinos y carnes. Esto causó gran malestar entre los comerciantes, por lo que la Corona, a partir del año siguiente, tuvo que contribuir con una sisa o deducción especial de 6.000 ducados de lo que se enviaba a la Corte sobre la carne y el vino.

Se generó gran descontento también entre los negreros, quienes decidieron no vender esclavos en la ciudad. Como Cartagena era escala obligada de los barcos para abastecerse, en 1582 se impuso un nuevo gravamen de $2 pesos a los esclavos llegaran en las embarcaciones que tocaran puerto, así se quedaran a bordo.

Así de diligentes como fueron para crear y recaudar nuevas tasas y contribuciones, fallaron en la ejecución de la obra, y poco a poco se fue convirtiendo en un hecho público y notorio que la obra no avanzaba pero la plata si se gastaba.

Se le comenzó a llamar “el turbio asunto de las aguas de Turbaco” o el “canal fantasma”, se reportaban compras que nunca se hacían, o se denunciaba el robo de las supuestas compras durante su transporte hacia Turbaco. Tal fue la magnitud de la corrupción, que los rumores viajaron hasta Bogotá, Lima, el Caribe y no tardó para que llegaran a la propia Corte, por lo que esta ordenó investigar lo que pasaba. Fue así como llegaron comisiones en 1579, 1582 y 1588, que mandaron a investigar a los doce mayordomos encargados de la obra, encontrando que todos cobraron doble sueldo.

En 1588 se habían gastado la astronómica suma de $150.000 en el “Canal de Turbaco”, sin embargo solo quedaron unos diseños, innumerables pleitos y mucho dinero en los bolsillos de todos los encargados de la obra. El famoso canal siempre fue una obra que siempre se decía que estaba a punto de terminar, pero la realidad fue que casi no avanzó.

Los encargados pertenecían al sector privilegiado de la ciudad y vinculados con la Gobernación, todos terminaron enriquecidos. Y como para enmarcar, el proyecto se paró, pero el Cabildo siguió cobrando la sisa o deducción creada para la obra hasta finales del siglo XVIII, aunque la ciudad seguía seca. Vergonzosamente solo hubo agua, cuando volvieron los chapetones a finales del siglo XX, e hicieron un gran negocio dejando a los locales por fuera.

El problema de la corrupción en Colombia, como en este caso de Cartagena, es tan antiguo que para resolverlo se requiere, además de medidas judiciales, poner a funcionar una gran estrategia de formación y educación ciudadana.

 

Fecha de publicación original: 1 octubre de 2014

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0

La revocatoria de Manolo, no va

El lamentablemente lánguido adiós de Obama

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--