Tras conocer los resultados de los comicios electorales, del pasado domingo, y decidir mi apoyo al candidato presidente Juan Manuel Santos Calderón (hecho que publiqué en mis redes sociales el pasado miércoles), por razones que expliqué allí mismo, una de las personas que me sigue en Twitter hizo una mención que llamó, poderosamente, mi atención. Acompañado de mi nombre de usuario, en la red social, y un link de YouTube ella había escrito "Juntos son hijos del diablo y se van a quemar en el infierno", en respuesta a un tweet mio en apoyo a la campaña del ex ministro de defensa.
Decidí, como hago usualmente, prestar atención a la opinión de los demás y abrir el enlace. Eso sí, después de ver el perfil de la joven (quién debe odiarme por mis palabras contra sus pastores), un par de minutos. El video al que conducía, la dirección de Internet, es el motivo por el cual escribo estas líneas.
El video titulado "Por qué los cristianos no debemos votar por la reelección de Juan Manuel Santos" es, seguramente, la prueba más grande del mensaje que puede llegar a expresar una persona dogmática. El conocido pastor y ex senador de la república Jorge Trujillo Sarmiento, fundador del Centro Cristiano Casa de Reino, empieza el clip enviando bendiciones a la audiencia como una reina de pueblo reparte besos en una carroza: A manos llenas. Tras una breve presentación, el personaje empieza a exponer las razones por las cuales un cristiano colombiano no puede, definitivamente, apoyar en las urnas al actual presidente de Colombia.
La primera razón, tras un breve alarde de "gestión" legislativa, es una muestra brutal de exclusión hacia una población específica por parte del predicador. Trujillo asegura que Santos es una mala opción para el país por apoyar a una minoría, cada vez más visible en la sociedad colombiana, en la lucha que durante décadas ha estado presente en nuestro país. Para él, el matrimonio igualitario no se puede, siquiera, llegar a pensar como una alternativa para incluir a los homosexuales del país en el pacto social; sin llegar a comprender que un homosexual es tan ciudadano como él o yo. El segundo argumento del pastor es un triunfo, de él y sus compadres en él congreso (Víctor Velázquez y Edgar Espindola Niño), sobre la libertad de la mujer. El siempre polémico tema del aborto es el pilar de su, limitada, capacidad de argumentar. Además, toca el tema de la adopción de las parejas homosexuales como quién habla de un asesino en serie: con total rechazo. El tercer punto que toca el Mesías fue, seguramente, el que más me llegó a molestar. Don Jorge afirma que el presidente Santos le entregó el país a un grupo de brujos y chamanes.
El máximo jerarca de Casa del Reino, hace referencia a los mamos. Estos personajes en vez de ser una amenaza para la población colombiana, deberían ser vistos como un botón a la tradición y a la pluriculturalidad. En términos político-religiosos, cada familia pertenece a un centro ceremonial presidido por un Mamo, quien es la cabeza de la estructura social. El "saber" es la razón fundamental de la vida en la tradición serrana y en él se sustenta la jerarquía social. Entre los Mamos hay una organización jerárquica y se considera que los deTakina, Makotama y Seishua (lugares Kogi) son los de más alto rango de toda la sierra. Los Mamos son hombres de gran preparación y conocimiento; abarcan una dimensión social e individual, civil y religiosa, y son los protectores y defensores ante las fuerzas sobrenaturales. Los Mamos Kogi están rodeados por ayudantes y aprendices; en última instancia, ellos toman las decisiones políticas de la comunidad y ejercen justicia. Sus decisiones se ejecutan a través de los "comisarios" encargados de los aspectos civiles (generalmente nombrados por la División de Asuntos Indígenas del Ministerio de Gobierno); cuentan con un "cabo mayor" y otro "menor" como ayudantes. Ellos se encargan de reunir a la gente para los trabajos comunales, de traer a las personas que han transgredido las leyes, y junto con los Mamos imparten justicia en casos leves. Los "comisarios" y los "cabos" son muchas veces jóvenes progresistas que entran en contradicción con los Mamos, pues se trata de un nuevo sistema que se ha venido imponiendo en los últimos años y en cada valle tiene sus particularidades. Esto, claramente, lo desconoce el guía religioso que invita a no apoyar a Juan Manuel Santos. Lo peor del caso, es como el señor Trujillo asume, arbitrariamente, que las catástrofes climáticas del país se deben al hecho de haber "entregado la nación" a estos habitantes de la Sierra Nevada de Santa Marta, en una muestra superior de desconocimiento y falta de responsabilidad por las acciones del colombiano común que aporta, significativamente, a la destrucción del planeta. Finalmente, el interlocutor, invita a Dios a darnos la dirección a los colombianos para elegir al nuevo mandatario y, cambiando de tono por el de un animador de fiestas populares, lanza una frase para culminar su absurdo discurso: Vamos pa' lante mi gente porque tu y yo somos diferentes, haciendo una demostración, importante, de superioridad cognitiva por sobre la mente de los demás habitantes del país.
Como conclusión, después de ver y escuchar a este sujeto, podemos dejar por sentada la posición excluyente de las iglesias cristianas en nuestro país y el mundo entero. Los argumentos, planos, del pastor son una burla a la libertad del pueblo colombiano en su máxima expresión y una burla al respeto por la diferencia. Lamentablemente, millones de personas en el país, creen en estos falsos salvadores del alma y unos auténticos sofistas que, día a día, generan más odio en nuestro amado suelo.
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