Quien no ha sufrido los avatares de la guerra, no sabe de dolor ni espanto, no conoce el olor cotidiano de la muerte ni el nerviosismo incontrolable que produce lo desconocido. La paz es alejarse de esa incertidumbre para siempre:
Porque así…
Los niños irán a la escuela,
Porque en vez de fusil
Tendrán el lápiz y la emoción de los libros.
Porque podrán jugar en la escuela,
Luchar por sus notas,
Competir en las justas,
Disfrutar las victorias
Y engrandecerse en las derrotas.
Yo digo si a la paz…
Porque podré ver a mis nietos
Ascendiendo las colinas del saber
En vez de subir a las montañas de la guerra.
Con la paz…
El campo será el paraíso
Que se perdió por la semilla del odio,
Las mujeres volverán a cantar en el río
En vez de ser violadas en cualquier camino.
Yo digo si a la paz…
Porque el amor siempre será superior al rencor,
Porque poder perdonar
Es más difícil que odiar.
Los genes del mal en las almas
Son incurables,
Quizás solo Dios pueda acabarlos.
Yo digo si a la paz
Por la memoria de mi hermano
Quien fue brutalmente asesinado
Por el odio irracional que aún vive en mi pueblo.
Yo digo si a la paz
Y respeto al que quiera la guerra;
Al fin y al cabo cada quien tiene sus gustos
Y por gustos no puedo avivar la candela.
Yo digo si a la paz
Porque el campesino podrá disfrutar su parcela
Sin pagar más vacunas,
Sin convivir con el miedo,
Sin salir corriendo a media noche,
Sin temer que le roben sus hijos
O que un día lo dejen sin tierra.
Yo si digo si a la paz
Porque solo Santo Tomás
Quiso abrir la herida
Para ver si dolía.
Yo digo si a la paz
Para que el comerciante pueda trabajar sin temores
Sin compartir con ajenos el fruto de su esfuerzo,
Sin temor a ser secuestrado,
Sin tener que huir del país
Porque otros se quieren lucrar con lo suyo.
Y yo digo si a la paz
Porque la paz huele mejor que la guerra,
Porque la paz sabe amar,
Porque en la paz el odio no anida,
Porque si gana la paz
Se le va la razón a quien ama la guerra