ConVersiones de Fernando Cano Busquets
Opinión

ConVersiones de Fernando Cano Busquets

Versiones de una manera de ver, comparar, descifrar, jugar con las imágenes

Por:
julio 23, 2016
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Todos sabemos cómo, antes de dar una definición rigurosa existen puntos de vista donde la tangente es una aplicación para acomodarnos a cualquier verdad.  Como puede ser el sí o el no por la paz cuando no tenemos argumentos para decidir nada. Santos del sí por nada y Uribe por el no por joder al otro. ¿Y los argumentos? ¿Y los propósitos? ¿O, los acuerdos de La Habana?

En la Casa Cano, el próximo 27 de julio, Fernando Cano exhibe una exposición en la que él mismo recupera múltiples miradas donde sus fotografías tienen paralelos con la historia del arte colombiano en general y una sala donde se compromete con su imaginario universal donde Picasso o Goya hacen parte de una recuperación de mundos que se unen por la mirada. Interesante y divertido o, como dice el artista: “Se necesita humor” para ver el universo del arte. Y en verdad es una exposición donde uno tiene que buscarle paralelo. ConVersiones   es el título. Versiones de una manera de ver, comparar, descifrar, jugar con las imágenes. El mismo ha encontrado en el Internet referencias que se compaginan con el mundo de otros para que la exposición sea un dialogo continuo de luces, atmósferas, ideas continuas, imágenes compatibles, composiciones que tengan referencia con el mundo de su trabajo que abarca su vida cómo fotógrafo desde 1980 hasta nuestros días.

ana 2Con-versiones son coincidencias visuales. La idea comenzó cuando encontró un ser de la calle tirado en su abandono, pero le llamó la atención con una luz que brillaba en su pecho deshecho y desnudo y encontró su similitud con el cuadro de La Violencia de Alejandro Obregón —que es y será siempre su obra estrella—. Imágenes que tienen referencias con la luz en un lugar dónde la violencia está registrada por instantes.

Y las coincidencias en la mirada continúan siendo un acertijo interesante como Fernando Cano lo propone.  Puede ser una mujer desnuda en el piso y un trabajo de Darío Morales. Una mulata con sombrero con un mamarracho típico de Enrique Grau. Un paisaje de los pinos florentinos con el encuadre perfecto las obras de Gregorio Cuartas. El reflejo del agua de un atardecer con el trabajo impecable de los tejidos de oro de Olga de Amaral. Una lucha de gigantes con la obra de Luis Caballero. Una mujer campesina sin rumbo en Boyacá con una obra la vida esquizofrénica que registró con inteligencia Débora Arango.

ana 1Lo mismo aparece en la familia campesina que encontró en las montañas de Boyacá y la Familia de Fernando Botero. La familia, la ropa colgada detrás, la incertidumbre hacen parte de este cronograma de vidas a la deriva.

 

 

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